IX

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{narrador omnisciente}

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{narrador omnisciente}

Visenya sonreía, acomodandose en el cómodo carruaje. Especialmente espacioso por el tiempo de viaje hacia lo que tendría que llamar su nuevo hogar.

Después de no recibir visitas en sus días de nupcias y con Robb evitandola, se despidió de su hermano y sobrina y partió hacia su nuevo destino.

Por suerte, tendría que viajar sin Robb ya que Viserys requirio qué la estancia de este fuera de unos días más para acordar algunos términos y cosas de hombres. Visenya agradecía esto, ya que así podría viajar junto a sus doncellas y damas de compañía sin un ambiente incómodo.

Acomodo la sabana de piel sobre sus piernas, abriendo un libro y sintiendo el movimiento del carruaje.

Paso mucho tiempo leyendo y hablando con la doncella que la acompañaba. Jugando a las cartas, ajedrez, chismoseando, durmiendo y comiendo. En especial durmiendo.

Cuando despertó, se acomodo y levanto la cabeza del hombro de su acompañante, quien aun dormía.
Miró por la ventaja del carruaje, abriendo las cortinas de esta y mirando como la hermosa luna brillaba con todo su esplendor.

Imagino como sería su vida en Winterfell. Estaba emocionada por sentir la nieve sobre sus pestañas, el frío golpear su capa y usar guantes finos de piel abrigante.

Sería difícil llegar sin Robb y sobrellevar las nuevas costumbres, sin embargo, sabía que su nueva familia la ayudaría a adaptarse mucho más fácil a su nuevo hogar.
Cerro los ojos de nuevo, tapandose bien con la sabana y volviendo a recostar su hombro sobre el de su doncella.















(...)















Habían pasado semanas desde que partió al norte, y para ser sinceros, Visenya tenía el trasero entumido.

El tiempo entre mujeres si bien no se había echo hostil, se había echo relativamente aburrido.

Las actividades que antes la entretenían por horas ahora le aburrian, y cuando el sueño no la dominaba durante todo el día de viaje, leía o comía panes con mantequilla.

Visenya sostenía el libro de cuero sobre su regazo mientras podía ver de reojo como la nieve caía por el paisaje, por la cortina entre abierta del carruaje.
Acomodo mejor la sabana sobre su cuerpo, sintiendo como el frío crecía cada vez más sobre ella, haciendole temblar los dedos aún si estos estaban cubiertos por guantes.

—Hemos llegado mi princesa —. Anuncio la doncella, mirando por la ventana cuando el carruaje se detuvo.

Visenya asintió con la cabeza, dejando el libro en el lugar vacío a su lado y quitandose la sabana de encima.

Estiró la mano abrigada desde dentro del carruaje, tomando la de su doncella que ya había bajado para ayudarla a bajar.

Sonrió viendo a la familia de Robb aguardando su llegada, mientras le sonreían igualmente.

Distinguió a los tíos de Robb, Bennard Stark y Margaret Karstark, y a los primos de Robb: Benjen, Brandon y Elric, junto a Cregan.

Sonrió llegando hasta ellos, observando la reverencia de Bennard.

—Mi princesa... Debo hacerle saber que su presencia nos honra, y lo hará eternamente —. Empezó a hablar el mayor —. Y espero que podamos ayudarle en todo lo que necesite.

—No lo dudo mi Lord —. Respondió la rubia, girandose hacia Margaret, abrazandola después de una reverencia por parte de esta.

—Princesa Visenya, yo sigo los pensamientos de mi señor esposo. Y quiero que sepa que estaré aquí para usted, para lo que sea... Somos mujeres, hay que apoyarnos entre nosotras.

Visenya sonrío ante eso, asintiendo con la cabeza sin poder ocultar su leve emoción.

Les sonrió a los más pequeños, al igual que a Cregan, quien le sonrió a su cuñada.

—Permitame ser buena anfritiona y enseñarle la fortaleza —. Volvió a hablar Margaret, abrazando el antebrazo de Visenya bajo la capa.

—Claro mi lady —. Sonrió Visenya, caminando junto a la rubia.

La doncella de Visenya, Marlene Tully camino tras su señora, mantiendo una distancia prudente pero lo suficientemente cerca para poder ver lo que pasaba.

—¿Y tu? Vete. Nadie requirió tus servicios.

Visenya borró su sonrisa al escuchar la actitud de Margaret hacía Marlene.

—Mi lady, es una costumbre que las doncellas sigan a las princesas o señoras. Para cuidarnos... —. Intentó objetar la menor.

—Pero aquí son otras costumbres —. La interrumpió buscamente Margaret —. Ya no estas en el sur, este es el norte. Y aquí es de mala educación ser entrometido —. Finalizó, mirando a Marlene de nuevo.

La doncella asintió rápidamente con la cabeza, haciendo una última reverencia para irse por donde vino.

Margaret le sonrió falsamente a Visenya, apretandole de más el antebrazo.

Visenya arrugo los labios ante esto, pero pronto se tranquilizo a ella misma. Pensó en que tal vez a Margaret no le agradaba la gente entrometida, y bueno, si eran otras costumbres... Así que, nada podría estar mal. ¿No?

















(...)















Por los dioses, que equivocada había estado.

Durante el primer día fue tratada como verdaderamente una Stark de sangre, sin embargo, los días siguientes había sido tratada como una verdadera sirvienta.

Margaret la había convertido en la niñera de Benjen, Brandon y Elric, con la excusa de que Visenya debía de prepararse para ser madre. Para el niño que llevaba en el vientre. Si supiera que Robb no se presento ni un día de nupcias...

Visenya se limpió las lágrimas, aún sollozando con la cabeza entre las manos.

Sentada en un sillón de pieles, en medio de los aposentos qué compartiría con Robb.
Observó las velas en la mesa frente a ella, calentando la gran habitación.

Los norteños eran tan... Hostiles con los que no eran de su sangre. Y mucho más la familia de Robb.

Las doncellas eran falsas y servían a quien tenían que servir, sin tener ningún tipo de sentimiento o crear algún lazo con sus señoras.

Nunca se había sentido tan jodidamente sola...








































᯽𝑁𝑂𝑇𝐴 𝐷𝐸 𝐴𝑈𝑇𝑂𝑅𝐴᯽

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NORTHERN DOG ~fanfiction Robb Stark~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora