De pequeño, Ni-ki no suspiraba al pensar en su pareja destinada como muchos de los otros omegas en su clase.
Ni ahora de adulto sentí celos al ver como su hermano y su mejor amigo resultaban ser una pareja destinada como las que describen lo cuentos...
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"Príncipe no estás viendo la película." La voz de Jay hace que Ni-ki levante la mirada de su celular.
Estaba el menor entre las piernas de Jongseong con su espalda recostada en su pecho por lo que el alfa pudo ver como andaba tweeteando lo que había sucedido en la tarde, lo cual lo hacía reír.
Ni-ki deja su celular sobre la cama y procede a recostar la cabeza en el hombro de Jay. El alfa deja un besito en su frente y pasa sus brazos frente al omega para abrazarlo haciendo que ambos casi ronroneen de felicidad y comodidad.
La niña estaba muy entretenida viendo los minions, había logrado que Jay se quedara en la pijamada así que estaba demasiado contenta. Le caía muy bien como su profesor de baile, pero le caía mucho mejor cuando era su casi-tío.
Aunque extrañaba las noches de películas con sus papás y como hoy era una de esas les había suplicado a los mayores que vieran una película. Siempre las veía acurrucada a sus papás y a pesar de estar muy contenta por la tarde qué pasó en casa de su tío, quería estar viendo los minions abrazada a sus papitos y cuando quiso voltear a comunicarle eso a su tío, lo vió abrazado a Jay y eso solo le recordó aún más a sus papás por lo que no pudo evitar llorar.
Las repentinas lágrimas de la niña alarmaron a los dos adultos y Ni-ki de una vez se acercó a sentarla en su regazo y acallarla. Mashiro no se tranquilizó fácil, era un poco difícil ya que Ni-ki no emitía feromonas maternales, así que lloró un buen rato abrazada a su tío y recibiendo caricias en el cabello de parte de Jay.
