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Me es difícil estar consciente.
No quiero rememorar los últimos 3 días, no siento que tenga la fuerza mental para hacerlo.
Pero haciendo un pequeño resumen de todo, Piper repudio a Amy y ella decidió llamarle a su Abuela para que la sacara de aquí. Aun así las cosas entre la cabaña de Afrodita y la de Apolo han estado tensa.
Kirara regresó al inframundo porque aparentemente cada segundo estaba más enferma que el anterior y por mucho que trate de sobrellevar todo siento que me estoy ahogando.
La anemia ha estado más fuerte últimamente y pasa más tiempo inconsciente que consciente, por todo esto no he podido continuar de forma decente la búsqueda del vándalo. Aparte de eso hubo otro ataque, esta vez llenaron la enfermería con huevos, pero a diferencia del ataque del cobertizo en esta ocasión la acusada fue Lou Ellen Blackstone, hubo un juicio bastante grande, Will mantenía que Lou era inocente, pero la misma Lou se hecho las culpas, aún así Dionisio decido que Will tenía hasta el solsticio de verano para demostrar la inocencia de Ellen, y así Will terminó uniéndose a la búsqueda del vándalo.
Y todo eso nos lleva ahora, en este momento donde Percy está tratado de comprender cómo sigo con vida luego de haberme desmayado repentinamente.
El pobre salió corriendo a enfermería y casi muere cuando Will murmuró «Dejala en alguna camilla» de forma despreocupada.
—Es la tercera vez desde que te conozco—Murmuró palmeando con cuidado ni cabeza—No pensé que esto fuera posible, pero te desmayas más que Jason.
—¿Más que Quién?
—Jason Grace.
Asentí como si entendiera lo que decía ¿Quién carajos era Jason Grace?
Me tiré en la camilla dejando el tiempo pasar, pasaron horas supongo, no las conté, solo vi como el día se iba oscureciendo cada vez más.
Estoy en un hoyo...
Decidí no rendirme ante el cansancio. Con un esfuerzo titánico, me incorporé en la camilla, decidida a dejar atrás ese lugar y reanudar la búsqueda del vándalo. Observé a mi alrededor y noté que la enfermería estaba extrañamente vacía, salvo por Amelia, quien revisaba suministros en un rincón.
— Tu cabeza sangró mucho — mencionó Amelia sin voltearse hacia mí.
