Cap 12

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Entre intentos e intentos para que el dalmata volviera a caminar cada uno había fracasado, intentaron diferentes cosas a petición de el, pero cada vez caia, una y otra y otra vez, ya hasta el mismo se estaba rindiendo y aceptando que no iba a volver a caminar.

Ahora estaba junto a su equipo, estaban todos celebrando el cumpleaños del menor del equipo, pero la pregunta ¿porque en el hospital? Simple, el pequeño no quería pasar su cumple lejos de uno de sus hermanos. Así que hay estaban, el bulldog estaba en la camilla junto al dalmata mientras le cantaban el "cumpleaños feliz" al menor, todo era felicidad, hasta que fue interrumpida por alguien que tocó la puerta, a todos le llamó la atención, pues estaban todos en la habitación, a menos que fuera alguien externo. Ryder fue a ver y era el doctor Rodriguez, pidió permiso para pasar y vio a la multitud en la sala, se sorprendió y luego noto que el menor de hay estaba de cumple.

-perdón por interrumpir, Ryder necesito hablar contigo por favor- dijo el doctor observando al humano -ah.. y feliz cumple pequeño, disfruta.

-gracias doctor- agradeció el pequeño ruble con una sonrisa.

Ryder salió con el doctor para hablar a solas, la tensión en el aire era muy fuerte estaban nerviosos, podría ser algo malo o bueno, y todos rogaban que sea algo bueno. Chase se acercó a la puerta para escuchar y resivio un almohada a la cara por parte del dalmata.

-no seas sapo- dijo Marshall mirándolo seriamente.

-¿que? ¿Acaso no te interesa saber que dicen?- dijo Chase para devolverle la almohada.

-no, no me interesa, yo le dije al doc que noticia que tenia se lo dijiera a Ryder, yo no necesito falsas esperanzas o ilusionarme- dijo Marshall tranquilamente, a lo que todos se sorprendieron.

-¿como... falsas esperanzas?- pregunto uno del equipo.

-aqui me habían dicho varias noticias sobre mi, mis mejoras, o problemas que tengo en mi cuerpo, todo eso... y realmente para mi es pura mierda, no necesito saber nada, solo debo... seguir la vida- dijo el dalmata nuevamente tranquilo, a lo que era cierto, no quería saber nada más.

Todos quedaron en silencio un segundo para luego observar a Ryder entrar con el doctor, este tenía algunas lágrimas en sus ojos a lo que preocupo a todos, algo malo, era obvio.

-que paso Ryder.

-¿es algo malo?

-¿es grave?

-tranquilos cachorros, y descuides, no... no es... malo- dijo Ryder entre cortado nerviosos de sus palabras.

-solo les tenemos la noticia de que Marshall... podrá volver al cuartel con ustedes- dijo el doctor con una pequeña sonrisa.

El silencio inundó la sala en silencio, todos estaban en shock por la noticia, pasaron unos segundos mas así, hasta.

-volverás a casa Marshal ¡volverás a casa!- dijo Ruble para abalanzarse sobre el dalmata para abrazarlo fuertemente.

-a-ah... si...- el dalmata también había quedado en shock, estaba más que feliz, volvería a casa, volvería a estar con su familia, luego sin más correspondió el abrazo del bulldog.

Todos estaban felices por la noticia, así que se juntaron en un gran abrazo grupal todos felices, incluso algunos soltaron lágrimas de felicidad, bueno, a decir verdad, todos tenían una que otra lágrimas, aquella felicidad era igual a cuando les avisaron que el dalmata despertó de su coma.

-¡esta es la mejor noticia! ¡gracias doc!- dijo Ruble para luego abrazar al doctor casi votandolo por la fuerza del menor.

-e-eh.. de nada pequeño- dijo Ruble acariciando la cabeza del menor.

Pasaron el día con la celebración del bulldog normal y al siguiente día el dalmata podría volver al cuartel, arreglaron todo, y Marcus lo fue a buscar en la ambulancia de Marshall.

-wow... hace tiempo que no veo mi ambulancia, y bueno, es primera vez que viajo atrás- dijo el dalmata subiendo al vehículo.

-bueno... bienvenido a su propia ambulancia joven Marshall- dijo Marcus inclinándose un poco en forma de broma.

Marshall se Río por el gesto del leonberger, para luego subir a la ambulancia con la ayuda de este.
Fue un viaje bastante corto la verdad, hasta que llegaron al cuartel, Marcus se encargo de quedar justo frente al cuartel para que Marshall lo primero que viera fuera aquello, apenas abrió las puertas de la ambulancia, el dalmata observo el cuartel, y de inmediato sintió nostalgia, y unas enormes ganas de llorar, cosa que nisiquiera oculto, estaba de nuevo en su hogar.

-bienvenido a casa, amigo- dijo Zuma ganándose frente al dalmata, ayudándolo a bajar.

-te presentaremos toda las nuevas instalaciones pata ti- dijo Rocky a un lado -y más te vale que te agraden- lo último lo dijo de forma fulminante al dalmata.

-cállate Rocky- dijo Skye ahora acercándose al lugar -ignoralo Marshall, ya sabes como se pone cuando crea algo nuevo.

El dalmata solo soltó una risita pequeña para, sin más adentrarse al cuartel siendo empujado por Zuma (esta en una silla de ruedas) cuando entraron al cuartel, claro que había varios cambios, habían remodelado varios muebles y cambiado de lugar varias cosas, claro, especialmente para el dalmata para que pueda instalarse en cualquier parte del cuartel. Siguieron hasta el elevador hasta llegar a las habitaciones, y Marcus lo llevó hasta la suya.

-bien... si pensabas que estaba ocupando tu habitación, estas equivocado, tengo mi propia habitación, aquí esta la tuya, tuve que mover varios muebles para que caiga tu silla de suedas y puedas movilizarse fácilmente- dijo Marcus enseñándole todo, claro movió varias cosas, por ejemplo bajo la cama, saco la silla de su escritorio y lo acomodo para que caiga perfectamente una silla de ruedas, entre más cosas.

-wow... gracias Marcus, realmente eres un gran doctor- dijo Marshall asombrado, claro, ahora sería más fácil movilizarse.

-si, además seré ahora tu doctor literalmente, como aún debes tener algunos cuidados con tus heridas, medicamentos y sobre todo tus vendas, ya pedí al doctor Rodriguez todos tus cuidados y los memorice así que descuida, yo estaré a cargo de ti- dijo el Leonberger con una sonrisa y más mostrando la lista de los cuidados del dalmata.

Todos miraron sorprendidos al Leonberger, de echo a ninguno se le había ocurrido aquello, y vaya que el dalmata necesitaba cuidados, ahora se sentía más que avergonzados ya que para ser sus amigos de la infancia, mal estaban al no preocuparse se aquello.

Lo que él incendio dejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora