Takemichi estaba en la cocina, tratando de concentrarse en preparar la cena, pero su mente estaba enredada con las preocupaciones del día. La oficina de adopción había solicitado más documentos, su trabajo desde casa se estaba volviendo más demandante, y para colmo, Haru había tenido fiebre la noche anterior, lo que había significado una noche sin dormir.
Justo cuando pensó que no podía lidiar con más, escuchó el sonido de la puerta principal abriéndose y cerrándose. Los niños, Ran, Rindou y Haru, habían estado jugando afuera, y Takemichi esperaba que estuvieran listos para cenar. Sin embargo, cuando los vio entrar, sus ojos se abrieron de par en par.
Los tres estaban cubiertos de lodo desde la cabeza hasta los pies, dejando huellas embarradas por toda la casa.
“¡¿Qué han hecho?!” gritó Takemichi sin poder contenerse, el estrés acumulado explotando en ese momento. “¡Miren el desastre que han hecho! ¡Son unos inútiles! ¡No puedo creer que no piensen en lo que hacen! ¡No puedo lidiar con esto ahora! ¡¿Por qué no pueden ser buenos niños por una vez?!”
Los niños se quedaron congelados, con los ojos llenos de lágrimas. Ran fue el primero en reaccionar, tomando la mano de Rindou y Haru, y corriendo hacia su habitación, sollozando. La puerta se cerró de golpe tras ellos, dejando a Takemichi solo en el silencio de su propia explosión.
Tan pronto como los niños desaparecieron, la realidad de sus palabras lo golpeó como un martillo. Se dejó caer en una silla, la cabeza entre las manos, sintiendo las lágrimas comenzar a caer. No quería gritarles, no quería herirlos. El estrés había hablado por él, y ahora lo único que sentía era culpa.
Horas después, cuando el sol ya se había ocultado, la puerta principal se abrió nuevamente. Manjiro (Mikey) entró a la casa, llamando suavemente. “¿Takemichi? ¿Estás aquí?”
Takemichi levantó la mirada, sus ojos rojos e hinchados por el llanto. Mikey se acercó rápidamente, arrodillándose a su lado y tomando sus manos. “¿Qué ha pasado?”
Takemichi le explicó entre sollozos lo que había ocurrido, cómo había gritado a los niños y cómo se sentía ahora. Mikey escuchó en silencio, apretando sus manos con suavidad. “Todos tenemos momentos así, Takemichi. Estás haciendo lo mejor que puedes, y ellos lo saben. Vamos a arreglar esto juntos.”
Con el apoyo de Mikey, Takemichi se levantó y juntos fueron a la habitación de los niños. Tocaron suavemente antes de entrar. Los tres estaban acurrucados en la cama de Ran, con los ojos aún hinchados por el llanto. Al ver a sus padres, se tensaron, temiendo otro regaño.
Takemichi se arrodilló junto a la cama, con lágrimas en los ojos. “Lo siento mucho, chicos. No debí gritarles así. No fue su culpa, fue mía. Estoy muy estresado y no debí desquitarme con ustedes.”
Ran, Rindou y Haru se miraron entre ellos, y luego Ran se deslizó de la cama para abrazar a su madre. “Está bien, mamá. Sabemos que no quisiste hacerlo.”
Los otros dos niños siguieron el ejemplo de Ran, y pronto Takemichi estaba rodeado de abrazos y sollozos de perdón. Mikey se unió a ellos, rodeándolos a todos con sus brazos, creando un refugio de amor y comprensión.
Más tarde, después de asegurarse de que los niños estuvieran bañados y cómodos, Takemichi y Mikey los acurrucaron en la cama y les leyeron una historia para dormir. Los pequeños se quedaron dormidos, seguros en el conocimiento de que eran amados.
Cuando Takemichi y Mikey finalmente se acostaron, Takemichi se sintió aliviado. Sabía que no siempre sería perfecto, pero también sabía que con el apoyo de su familia, siempre podría encontrar el camino de regreso al amor y la comprensión.
“Gracias por estar aquí, Manjiro”, susurró Takemichi, cerrando los ojos mientras se acurrucaba contra él.
Mikey lo abrazó más fuerte. “Siempre estaré aquí para ti, Takemichi. Siempre.”
Y así, en medio de las dificultades y los errores, la familia encontró fuerza en su amor mutuo, aprendiendo a perdonarse y apoyarse en cada momento.
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Dare Todo Por Ti
FanficEn un mundo donde las leyes son solo una sugerencia para aquellos en el poder, Takemichi, un omega de apenas 16 años, se encuentra en una situación desgarradora: vendido al jefe de la mafia más temido y poderoso. Obligado a enfrentar una realidad to...