Bajo las luces del estadio

Capitulo 10: Noticia

Después de que la ceremonia terminó, Eda se dirigió hacia su familia, con su diploma y mención honorífica en la mano. Sus padres, la esperaban con los brazos abiertos, y su hermana Burcu saltaba de emoción, orgullosa de su hermana mayor.

—¡Eda! —exclamó Burcu, corriendo hacia ella para abrazarla primero—. ¡Felicidades! ¡Sabía que lo lograrías!

Eda sonrió y devolvió el abrazo a su hermana, sintiendo el calor y la felicidad de su familia. Su madre, Ayse, la abrazó con fuerza y le dio un beso en la mejilla.

—Estamos tan orgullosos de ti, querida —dijo Ayse con lágrimas de felicidad en los ojos.

—Gracias, mamá —respondió Eda, sintiendo una mezcla de emociones.

Mustafa, su padre, le dio un abrazo fuerte y paternal—. Eres increíble, Eda. Has trabajado muy duro y te lo mereces todo.

—Gracias, papá —dijo Eda, intentando mantener la sonrisa.

Ferit, quien había notado la ausencia de Serkan durante la ceremonia, se acercó a Eda con una expresión preocupada. Mientras caminaban hacia la salida, intentó consolarla.

—Eda, sé que esperabas que Serkan estuviera aquí... —comenzó a decir Ferit en voz baja.

Eda lo interrumpió suavemente, sacudiendo la cabeza—. No quiero hablar de eso ahora, Ferit. Este es mi día y quiero disfrutarlo con ustedes. Por favor, no hablemos de Serkan.

Ferit asintió, respetando los deseos de su hermana—. De acuerdo, Eda. Estamos aquí para ti.

Mientras salían del auditorio, Eda trató de concentrarse en la felicidad y el orgullo que sentía su familia por ella. Sabía que este era un momento para celebrar sus logros y no quería que la decepción por la ausencia de Serkan arruinara su día.

A medida que se alejaban de la multitud, Eda respiró hondo y trató de centrarse en el amor y el apoyo de su familia. Sabía que tendría tiempo para lidiar con sus sentimientos hacia Serkan más tarde, pero por ahora, quería disfrutar del orgullo de su familia y la satisfacción de haber alcanzado uno de sus mayores sueños.

Luego de un breve recorrido en auto, la familia Yıldız llegó a un acogedor restaurante a las afueras de Estambul. El lugar tenía un aire rústico y encantador, rodeado de naturaleza y con una vista espectacular del Bósforo. Mientras se acercaban a la entrada, Eda notó una atmósfera festiva en el aire.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Eda con curiosidad, mirando a su familia.

Mustafa sonrió y le guiñó un ojo—. Solo espera y verás.

Al entrar al restaurante, Eda fue recibida por un estruendoso "¡Sorpresa!" seguido de aplausos y vítores. El interior del restaurante estaba decorado con globos y pancartas que decían "¡Felicidades, Eda!" Sus amigos, Melo y Piril, junto a otros compañeros de la universidad, estaban allí, sonriendo y celebrando su logro.

Melo se adelantó y abrazó a Eda con entusiasmo—. ¡Felicidades, Eda! Sabíamos que lo lograrías.

Piril asintió, también abrazándola—. Estamos tan orgullosas de ti. Este es tu día, así que disfrútalo al máximo.

Eda sintió una ola de gratitud y felicidad al ver a sus amigos reunidos para celebrar su graduación. Se sentía abrumada por el amor y el apoyo que la rodeaban. A pesar de la decepción de no haber visto a Serkan en la ceremonia, este momento la llenaba de calidez y alegría.

—Gracias a todos, de verdad —dijo Eda conmovida, con una sonrisa que iluminaba su rostro—. No tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy por tenerlos en mi vida.