Su cuerpo, teñido de carmesí, se entrelaza en las mentiras, sus ojos oscuros rechazan la luz que lo quiere encontrar.
-Mhg...~ D-Dosto...yevsky-
Jadeaba de forma húmeda... sintiendo todo el cuerpo del ruso sobre él, se lo estaba comiendo vivo prácticamente
El japonés sintió la respiración agitada de Fyodor sobre su piel, cada caricia y cada beso parecían penetrar hasta lo más profundo de su ser. Mordió sus muslos, devoró su cuello, clavículas, lamió desde su cuello hasta su ombligo dejando aquel camino de saliva en su piel... Joder, se sentía tan bien y su cuerpo lo estaba expresando sin limitaciones. Osamu estaba atrapado en una danza peligrosa entre el deseo y el miedo, entre la atracción y la repulsión que sentía hacia el hombre que lo había llevado a este lugar oscuro y desconocido.
Fyodor continuó dominándolo con una mezcla de intensidad y suavidad, una contradicción que confundía aún más a Dazai. Sus manos recorrían el cuerpo del menor con una familiaridad aterradora, como si supiera exactamente dónde tocar para desencadenar una reacción en él -Dejame en paz... detente- se armó de valor y contuvo todo su placer para no jadear entre las palabras, Dostoyevsky sonrió como un demonio incluso Dazai juraría haber visto los dientes de una bestia
-Deja de luchar, Dazai... Tu cuerpo dice la verdad pero tu boca esta llena de mentiras- susurró Fyodor con esa voz encantadora y urgente, ese maldito acento ruso lo llevaba a la perdición, su aliento cálido estaba envolviendo el cuello del joven -Esto es lo que deseas, lo que necesitas... yo puedo dártelo, nadie más-
Los pensamientos de Dazai se arremolinaban en su mente, luchando entre la necesidad de escapar y la extraña sensación de ser deseado de una manera que nunca había podido experimentar -Dejame oírte gemir, hazme gemir también- Murmuró adentrando una de sus manos por dentro de su ropa interior -M-mhg.. Fyodor...- Jadeó sintiendo el rostro rojizo, aquella sensación, sus dedos delgados masajeando su ahora erección -Tocame también, se que quieres hacerlo.. ¿no?- su voz parecía densa, le otorgaba tranquilidad pero parecía robarle la respiración con una fuerza abrumadora, tomó la mano del castaño acercándola a su propia entrepierna
-Fyodor...- Murmuró mirándole con los ojos entrecerrados en alerta por cualquier movimiento por parte del ruso, después justo cuando Dostoyevsky iba a besar sus labios tocaron la puerta, en ese momento los ojos de Fyodor brillaron con una intensidad casi febril, como dos espejos oscuros en los que la emoción se reflejaba con una claridad inquietante. Sus pupilas dilatadas capturaban cada destello de luz, irradiando una energía intensa que parecía consumirlo desde dentro, sonrió de forma leve, apenas Osamu pudo percibirlo -Justo en este momento tenían que interrumpir...- Se levantó sin más, dejando al castaño en el suelo, quien fue medio arrastrándose detrás de él con la única idea de pedir ayuda, sin embargo.... Cuando miro a la persona parada en el marco de la puerta tragó saliva
-Disculpe, ¿se le ofrece algo?- Cuestiona el pelinegro confiado, con una apariencia inofensiva mientras que mira al hombre, no más alto que él, pero definitivamente era alto.
-Me dijeron que mi hijo está aquí, vengo por él ¿quién demonios eres tú?- La voz del hombre llegaba a ser algo aspera, con aires de superioridad dejaba claro que no esperaba respuestas evasivas o corteses. Dazai estaba inmóvil mientras se escondía en la habitación que había salido... Sea como sea, aún estando en manos de Fyodor... Cualquier persona era mejor que su padre, sentía una mezcla de furia y miedo.. era inevitable -¿Tu hijo? pff, viejo, tu hijo no está aquí, quien sea que sea- hablo rodando los ojos mientras que el hombre lo miraba con enojo.
-Su nombre es Dazai Osamu- Dostoyevsky pareció sorprendido, al menos eso parecía, después miro hacia atrás y ante esa reacción el hombre entro muy a pesar del ruso -¡Dazai, vámonos!- Gritaba, entonces lo vió cubriendo sus oídos con una desesperación que incluso a Fyodor llegó a inquietar -Usted no tiene porqué entrar así a mi casa y molestarnos a mi novio y a mí- El ruso rápidamente se colocó enfrente del japonés en una muestra de "defenderlo" de aquel hombre
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𝑫𝒂𝒓𝒌 𝒔𝒖𝒏
FanficDicen que hay una elección... Una en el momento más oscuro, nos dice que es lo que llevamos en el corazón, eso que somos en realidad. Hay unas voces que me dicen que me aleje de la maldad pura, que peleé contra ella, pero.. ¿que hay de mí? Sol oscur...