Mi Complemento

Capitulo 1

—Maddie Turner. ¡Levántate jovencita!
Tienes que ir a clases y no te has despertado. ¡Qué irresponsable!

Y ahí estaba mi madre, gritando como todas las mañanas...

Sabiendo claramente que no tenía ánimos para nada. La idea de saber que el bullying de mis compañeros se repetiría nuevamente me tenía cansada. ¿Por qué todo tenía que ser así?

—Ya voy, mamá.

—"Ya voy, mamá"

Repitió mi madre. Siempre era mi mayor enemiga, o, como decimos ahora "hater".

Mamá nunca se ha preocupado por cómo me sentía, solo sabía reprocharme y recordarme lo "muuuuy gorda" que estaba. Nunca me ofrecía tomar una dieta, o, ir al gym. Siquiera salir a correr.

Siempre se ha preocupado por el qué dirán sus amigas, por tener la familia "perfecta" en redes sociales. Cuando la realidad era un gran desastre.

Ella es bastante perfeccionista. Pero, para lo que le conviene. Porque en sí, solo se preocupa por mantener una reputación de "la mujer de buena vida'", sin siquiera tener una buena familia.

¿Acaso podía llamarla madre?

¿Dónde estaba yo en su vida?

En ningún lugar. Solo me mantenía. Según ella es el rol de madre. Mantenerme hasta la mayoría de edad.

En dos años ya cumpliría la mayoría de edad, y a decir verdad, no estaba preparada. Ni mental, emocional o físicamente.
Así que me aprovecho del tiempo que vivía con mis padres. O, si es posible llamarlos "padres". Pues mi papá se la pasaba embriagándose con sus amigos. No tiene tiempo para mí, ya saben, si pasa la mayoría del tiempo ebrio no está en sus casillas. Así que solo lo busco para pedirle dinero, pues ya saben, ahí es donde más dinero nos obsequian.

Creo que nunca tuve afecto de él, o, tal vez cuando era pequeña. Pero, no lo recuerdo.

Un día le dije que me sentía mal por cómo me veía físicamente, y, solo me dijo: "Eso te pasa por tragona".

Desde ese día algo cambió dentro de mí.

Pero, ya estoy tarde...¡Y aquí estoy, hablándoles de mi ...¿vida? ¿Podría llamarle vida a esto? Bueno, lo que sea!

*******

—Maddie, por favor. No te puedes perder esta fiesta. Esta no, las que quieras sí, pero, esta no, por favor.

Y ahí estaba mi mejor amiga An, rogándome para que asistiera a la fiesta de fin de año.
Sin embargo, no quería ir. Y, menos como me veía.

—Tú te ves bien, An, en cambio yo...

Mierda, ya tenía los ojos llorosos. Odiaba ser tan sensible.

—Mad, por favor. Deja de sobrepensar tanto. ¿Debería de recordarte nuevamente que eres la mejor en clases, que sacas el mayor promedio, que los exámenes son pan comido para ti?

Sonreí. Me sentí halagada. Pero, era lo único "bueno" que tenía.

—¿Quieres que me vuelva prepotente eh?

Dije divertida. Ya mi ego estaba por las nubes.

—Te quiero tal cual eres y estás. No te cambiaría por nada, Mad.

Y me arropó con sus abrazos.

Ella era la única persona que me entendía. La persona más sincera conmigo. La conocí un día, en donde me estaban haciendo bullying, ella me defendió como nadie. Y ni siquiera le importó perder a sus amigas en aquel entonces por mí. Así que, ella es como mi vida... Y tenía miedo de perderla. De que algún día se canse de mí, de mis inseguridades, de que siempre le esté recordando lo mal que me veo. Y, muchas veces me ha propuesto tener una buena alimentación y cuidado. Pero, siempre me sentía incómoda hablando de estos temas...porque, ya saben, sin animos ni de vivir. Así que me respetaba y no volvía a tocar más el tema.

—No te prometo nada eh, pero, te avisaré más luego si voy. ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

Besó mis mejillas y nos dirigimos a clases.