Milk

811 36 2
                                    

Nota: Esta mini historia se me ocurrió ayer, después de ver el segundo capitulo de HOTD jajaja

___

Llevábamos juntos toda mi vida. Desde cachorros nos habíamos prometido estar siempre juntos, sin importan nuestra casta. Él era mayor que yo, asique su presentación como alfa, ocurrió primero. Pero nunca nos importó, si resultaba ser alfa también, aun así, nos casaríamos y lideraríamos Driftmark juntos. A su tiempo, veríamos lo de los herederos. Pero los dioses fueron buenos con nosotros y resulte ser un Omega, aunque ya lo suponía. Dado que mi cuerpo, era más delgado y delicado y mis pechos, estaban hechos para amamantar.

Algo que, a él, le encantaba. Creo que sí hubiera sido alfa, aun así, mis pechos darían leche, ya que él no paraba de succionarlos cada vez que podía. Podría decir que eran su punto débil y su mayor delicia. Incluso muchas veces se quedó dormido, con sus labios pegados a ellos. Era adorable verlo y realmente lo disfrutaba, aunque a veces, dolía un poco.

Nuestros gemelos nacieron fuera del matrimonio y nos casamos cuando quede embarazado de nuestra niña, dos años después. Un año más tarde de su nacimiento, llegó el varón y nos mudamos a Driftmark, para que un año después de eso, llegarán nuestras gemelas. Para el cuarto año de casados, llegó mi dulce y adorado pequeño. Todos nuestros hijos eran idénticos a él, con rasgos finos, pelo blanco, ojos violetas, altos y orgullosos. Pero el recién llegado, era todo mío. Sus rizos eran marrones, sus ojos verdes y grandes, su sonrisa intacta y sus manos, fuertes. Adoraba tenerlo en mis brazos y hacerlo reír. Y me dolía cuando me cambiaba por ese feo huevo, al cual abrazaba con amor.

Amaba a todos mis hijos, pero lamentablemente, él era mi favorito y hacía todo, para que no se notará tanto. Mis niños, eran muy traviesos y solo obedecían a su abuela Rhaenys. Cuando ella estaba a la habitación, todos se quedaban quietos y atentos a sus indicaciones. Algo que agradecía muchísimo. Mientras ella los vigilaba yo podía descansar y alimentar al bebé, para luego hacerlo dormir.

Abuela - Muy bien tropa, dejen a su padre descansar. - todos empezaron a quejarse, pero un solo dedo, los aplacó a todos.

Lucerys - Sinceramente, no sé qué haría sin ti abuela.

Abuela - Tu sigue dándome nietos y yo con gusto los cuidare - dijo mientras me dejaba un beso en mi frente y acariciaba mi mejilla. - Quieres que me lo lleve también?

Lucerys - No, aún tengo que alimentarlo.

Abuela - Muy bien, te veré más tarde.

Mi salvadora de fe y me levanté la blusa, solo para ver como su boquita, buscaba mi pecho. Mientras comía, acariciaba sus delicados rizos y sonreía al ver cómo se desarmaban entre mis dedos. Levanté la mirada al escuchar la puerta y sonreí, al ver a mi alfa entrar a la habitación. Se inclinó frente mío y beso mis labios, para después concentrarse en nuestro pequeño bebé.

Aemond - Hacemos otro? - lo miré con odio y me negué - Por qué? No es tan difícil.

Lucerys - Para ti, que no lo cargas nueve meses y después lo expulsas por un agujero del tamaño de una canica. Si quieres más, en la isla hay muchos omegas, alguno te servirá.

Aemond - No digas eso - chasqueo con la lengua y sonreí - Ninguno de esos omegas, haría bebés tan lindos como tú.

Noté que el bebé ya se había dormido y me levanté, para colocarlo en su cuna, junto a su huevo. Lo noté algo frío y le pedí a Aemond que trajera algo de leña, para colocar en el lugar, debajo de su cuna. Así lo hizo y note que quedaban algunos pocos carbones, asique los acomode a mano limpia. Cuando la cuna empezó a calentarse, me quedé más tranquilo y la empecé a mecer, para que no se despertara.

One Shot / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora