Nota: Esta historia la escribí el martes 25, cuando volvía de rendir. Se me ocurrió antes de entrar al salón, asique seguro me fue mal, por que me re desconcentre. A! pero ni bien salí, empece a escribir todo antes de olvidarla.
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Me sentía atrapado entre cuatro paredes. Mi hermano el rey usurpador, había muerto y el ejército de mi hermana, junto con sus dragones, estaba llegando a nuestras puertas. Desde la torre, podía escuchar el estruendo de los escudos, el rugido de los dragones y podía ver, como sus barcos se acercaban a nuestras costas. Mi pobre madre se había rendido ni bien el cobarde de mi abuelo se suicidó al ver nuestro fin.
Mi hermana se aferraba a sus hijos, pero en ella no vi miedo, más bien alivio. "Ella no nos lastimara" continuaba diciendo con una sonrisa, mientras acariciaba a sus hijos con ternura. Yo, quería creerle y esperaba realmente, que tuviera piedad con ellos. Lo que pasará conmigo, no era problema, yo ya había aceptado mi fin.
En todo el caos de los recién llegados, mi madre desapareció de la habitación. Convocada por la mismísima reina, supongo que para negociar nuestro futuro. Yo solo me dedicaba a leer los pocos libros que había en la habitación y a entretener a mis sobrinos. Hasta que volvió, con la cara pálida y la mano aferrada a su cuello. Miró a los niños y nos hizo una seña a mi hermana y a mí, para que nos acerquemos a ella. Así lo hicimos y los tres nos reunimos cerca del fuego.
Alicent - Llegue a un acuerdo con Rhaenyra. - dijo con algo de temor - Hel, tú te casarás con Baela y ambas vivirán aquí, con los niños. - mi hermana intentó ocultar su sonrisa, pero no lo logro. - Yo volveré a OldTown luego de renunciar públicamente a mi corona y tú... - me miró preocupada y supuse lo peor.
Aemond - Me colgarán fuera de los muros?
Alicent - No amor... - prefería eso a pasar mi vida en presión o en OldTown con mi madre, que era lo mismo sinceramente - Tú te casarás con su segundo hijo, Lucerys.
Aemond - Que? - dije sorprendido.
Alicent - Sus matrimonios serán un símbolo de paz para la casa Targaryen.
Aemond - Madre, no conozco a ese niño. Desde que nació, jamás lo vi.
Alicent - Lo se amor. Pero él es un Omega joven, que heredará Driftmark. Seguro habrá algo que puedan encontrar en común.
Aemond - Se me permitirá conocerlo al menos?
Alicent - No, y me temo que la boda de ambos. Será mañana mismo.
Noté como la sonrisa de mi hermana crecía y yo preferí que me cuelguen, a casarme con alguien que no conocía. En todos estos años, no sabía nada de mi hermana o sus hijos. Ella se había ido con sus alfas a DragonStone ni bien quedó embarazada de su primer cachorro y luego de eso, nada. Más que la guerra que se alzó ni bien el cuerpo de mi padre estuvo frío.
Nunca había tenido intenciones de casarme, con nadie. Y ahora, no solo estaba prometido, sino que mañana mismo sería mi boda con un Omega al que nunca vi. Mientras tomaba las cosas de la habitación, podía notar que mi hermana estaba feliz. Ella era una omega que ya conocía a su futura nueva alfa. Hasta donde sabía, ellas tenían una relación antes de que mi madre la obligara a casarse con Aegon. Por supuesto, ese detalle, nadie se lo dijo. Supongo que casarse con la alfa que mato a tu hermano/esposo, es mejor que casarse con alguien que no conoces. Envidia a mi hermana ahora mismo.
Mientras la nueva familia real se acomodaba, a nosotros nos dieron nuestras antiguas habitaciones. Mi madre prefirió quedarse con Hel y los niños, en su habitación. No quería estar sola hasta dejar la fortaleza. Yo simplemente me hundí en mi cama, intentando recordar a su fuerte padre y esperar que tal vez, se viera como ese gran alfa. La noche llego y unas doncellas del bando de los negros entraron a mi habitación para dejar la ropa que me iba a poner mañana.
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One Shot / Lucemond
FanfictionEstas son pequeñas historias de ellos dos que se me van ocurriendo al aire...