Nota: Publico esta historia porque viene bien con la lluvia del día de hoy. Espero les guste...
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Mi hermana me despertó de repente diciendo que iban a hacer las siete. No podía creerlo, me había quedado dormido. Por lo que solo me cambié el pijama, tomé mi mochila, la chaqueta y salí corriendo. No solo caigo por las escaleras, sino que casi me choca un taxi por cruzar la calle sin mirar. No podía hacerlo, tenía que llegar a la estación lo antes posible o perdería el tren.
Escuché la bocina y subí los escalones lo más rápido que pude. Pero cerraron las puertas.
Mientras mi tren se iba, movía mis brazos como loco. Estaba furioso conmigo mismo y con mi alarma por no haber soñado. Mire la pantalla y el próximo tren llegaría en veinte minutos, asique no me quedo más que esperar. Llegaría súper tarde a la universidad y me castigarían por ello. Más porque este profesor ya nos había advertido acerca de las llegadas tardes y que descontaría un punto en el final, por cada minuto tarde.
Estaba en la ruina y tenía hambre. Busque en mi mochila alguna golosina que siempre suelo tener, pero no. Solo los envoltorios que el Daeron del pasado dejo y se olvidó de tirar. (maldito, siempre estaba un paso antes de mi) Estaba muy frustrado y no podía volver a salir de la estación. Lo peor es que los kioscos que están aquí, estaban cerrados por la remodelación de la estación.
El peor día y claro que podía empeorar.
De la nada, sentí un par de gotas en mi cabeza y cuando elevé la mirada al cielo, las nubes grises empezaron a tapar el bello azul y más gotas, cayeron, acompañando a la primera. Faltaban diez minutos para que venga el tren, asique solo acomode mejor el cuello de mi chaqueta y abrace mi mochila, rindiéndome a la lluvia.
De pronto la lluvia freno o eso creí.
Volví a mirar al cielo, pero ahora, algo lo impedía. Seguí la tela oscura hasta dar con su hombro. Era más alto que yo, grande, de piel clara y pelo negro corto, oculto por una gorra de lana. Tenía lentes de nerd, que hacían resaltar sus preciosos ojos café. La mano que sujetaba el bastón de metal era grande y tenía un anillo con un escudo familiar es el dedo meñique. Bajo su mirada y vi la nieve en su bella sonrisa.
No dijo nada, solo... Se quedó a mi lado, compartiendo su paraguas. Ambos miramos al mismo lado cuando escuchamos la bocina del tren y cuando freno, subimos juntos. En el vagón había pocas personas sentadas, pero estaba mojado, asique decidí quedarme parado. Al parecer, él tenía el mismo pensamiento, porque también se quedó parado, sujetando el mismo caño que yo. Me aferre a mi mochila para controlar los nervios que me invadían cuando veía lo cerca que nuestras manos estaban.
Sus nudillos estaban blancos y noté algunas pequeñas cicatrices en sus dedos. En esta mano tenía un reloj que parecía caro. Bueno, todo lo que llevaba puesto parecía caro. Incluso el delicioso perfume que llegaba a mi nariz ahora que estábamos en un lugar cerrado. Me intimidaba un poco. Y tenía todo un vagón para escapar de ese sentimiento, pero otro, uno más fuerte me hacía quedarme a su lado.
La voz del tren anuncio la siguiente parada y corrió su manga, para ver la hora. Tomo sus cosas y se ubicó para bajar. Un nudo se instaló en mi estómago, tenía que hablarle, al menos preguntarle su nombre y luego llamar al FBI (mi hermana) para que lo encontrará en las redes sociales. Pero no pude. Estaba muy nervioso y no estaba en mis mejores prendas como para abordarlo. Asique preferí no hacerlo y luego llorar en mi habitación.
El tren se detuvo, la señal sonó y las puertas se abrieron. Agache la mirada, despidiéndolo en silencio y deseando volver a verlo.
- Ten - Eleve la mirada - Para la vuelta. - sonrió y tome el paraguas con ambas manos.
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One Shot / Lucemond
FanfictionEstas son pequeñas historias de ellos dos que se me van ocurriendo al aire...