Lejos

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Nota: Lo que hubiera estado bueno que pase jajajajaja

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Llegué con el inicio de la tormenta. Arrax descendió sobre la gran plaza donde cuatro caballeros nos recibieron. Les informe que venía con un mensaje de la reina para Lord Boros y me escoltaron dentro del castillo. Cuando llegué al gran salón, lo primero que reconocí, fue su figura. Alto, vestido completamente de negro, sus manos detrás de su espalda y su cabello largo y blanco. Estaba hablando con una de las hijas del señor de Bastión de Tormenta y sonreí al entender sus intenciones. Le entregué el mensaje de mi madre y el gordo Lord simplemente se bufo.

Lord Boros - Bien cachorro, dime con cuál de mis hijas te casarás - dijo - El príncipe Aemond llegó con una propuesta de matrimonio, haciendo a una de mis hijas princesa. ¿Tú que tienes que ofrecer?

Mire a rival y luego a las jóvenes mencionadas. Ninguna se comparaba, todas eran igual de ordinarias. Incluso la pequeña ave que estaba a su lado se veía corriente. Me iba a negar y volver a mi dragón, pero no podía desaprovechar esta oportunidad, no después de tanto tiempo.

Lucerys - Temo mi señor, que yo no puedo ofrecer lo mismo que el Príncipe. - el Lord río e hizo un bollo con el mensaje de mi madre - Sin embargo... Puedo ofrecer algo mejor. - el viejo gordo me miró al igual que él - Yo soy Lucerys Velaryon, heredero de Driftmark y futuro Señor de las Mareas. El título de mi esposa no solo sería el de una princesa, sino de una consorte que reinara a mi lado la isla de Driftmark. Nuestros hijos heredarían la misma tierra y la mayor flota de navíos que existe. Además de que serán jinetes de dragón desde la cuna - mire a mi tío - Sin excepción. - vi como el viejo Lord se removía en su asiento y pasaba la mirada sobre sus hijas y mi tío. - Pero... Cómo ya le dio su palabra al usurpador del trono de mi madre y reina. Supongo que ya no tengo nada que hacer aquí...

Me incliné y empecé mi retirada.

Lord Boros - Espere! - sonreí de lado y gire sobre mis pies, ocultando mi triunfo - Deberé reconsiderar mis palabras... Dado que es verdad, mi Lord Padre le juro lealtad a la Reina.

Aemond - Usted me dio su palabra. - vi como apretó el mango de su espada mientras dejaba a su prometida de lado.

Lord Boros - Pero la de mi padre, pesa más. Si el siendo tan orgulloso, se inclinó ante la heredera. Yo, podría hacer lo mismo ante la Reina.

Lucerys - Tal vez mi Lord, debería tomarse un día para pensar su decisión. Con gusto me quedaré, si soy recibido y aceptaré cualquier respuesta que me dé en la mañana. - el viejo asintió conforme, pero empecé a ver cómo él se retiraba. Furioso. - Quizás sea mejor extender su amable invitación al príncipe Aemond. Después de todo, afuera hay una gran tormenta.

Sus pasos se detuvieron y Lord Boros acepto. Nos dieron habitaciones continúas y ambos fuimos llamados a cenar con el viejo Lord. En la mesa hablamos como viejos amigos, el muy maldito estaba tan ebrio que se reía solo y maldecía feliz a toda persona, incluyéndonos. Yo no paraba de reír, pero mi sonrisa desaparecía, cuando lo veía tan serio del otro lado de la mesa. Solo se dedicó a comer y a beber como todo un príncipe bien portado. Era muy molesto. Cuando la cena termino, fuimos escoltados a nuestras habitaciones. Me despedí de él, pero no recibí palabra alguna, solo el azote de la puerta.

Aemond - Que carajos haces aquí?. - dijo desde su asiento, mientras detenía el cepillo en su cabello y me miraba desde el espejo.

Lucerys - No es algo obvio. - siguió peinándose, mientras me acercaba, sentándome a su lado, rodeándolo con mis piernas y quitándole el cepillo de la mano - Te vine a ver.

One Shot / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora