~¿𝘾𝙪𝙖𝙡 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙏ú?~ [𝓙 𝔁 𝓥]

6|• ~- La Carga del Desgaste -~ •

12 de Mayo del 2024 (domingo)

Y entonces, un nuevo día comenzó. J debía admitir que le estaba costando acostumbrarse a su nueva realidad. Solo había pasado un mes desde que empezó a interesarse más por su persona favorita, pero ya le estaba afectando profundamente.

Para colmo, su madre parecía ser cada vez menos comprensiva con el tema de "prepararse para el futuro". No dejaba de privarla de sus tiempos libres para hacer cosas "más importantes" y de dejarle el doble de tarea. Esa falta de comprensión, sumada a la indiferencia de sus profesores y la poca consideración que tenía por sí misma, convertía su nueva vida en un verdadero infierno. Normalmente, J podría sobrellevarlo, ya que solía tener algunos ratos libres para realizar sus actividades, pero ahora había alguien más en su vida que requería su tiempo y atención, una persona a la cual llamaba "su persona favorita" o simplemente "su desconocida". La gestión de su tiempo se había convertido en un verdadero caos que no podía manejar.

4.30am: Despertarse y alistarse para ir a la preparatoria. (sin olvidar desearle buena suerte a su persona favorita)

5am: Desayunar. (Si tiene suerte lo hace acompañada)

5.30am: Revisar el horario y alistar sus cosas.

6am: Salir de casa.

7am: Llegar al colegio y sobrevivir a V y sus compañeros pulgosos.

4pm: Regresar a casa, saludar a su madre y ver la respuesta de su persona favorita. 

4.30pm: Empezar a alistarse para sus clases extra y explicar su ausencia a su desconocida. Posteriormente, salir y no volver en las próximas 6 horas.

10.30pm: Regresar a casa y cenar mientras conversa con su desconocida.

11pm: "Irse a dormir", encerrarse en su cuarto y apagar la luz mientras hace los pendientes y deberes, sin olvidar seguir chateando con su persona favorita a escondidas.

1am: Por fin, dormir y olvidarse de todo. (A veces)

Ella era consiente de lo desorganizada que estaba a esas alturas, pero no quería dejar a su persona favorita sin respuesta la mayor parte del tiempo, siempre intentaba estar disponible para ella, aunque eso signifique salirse repentinamente de su apretado horario. Irónicamente, su persona favorita parecía ser alguien con mucho tiempo libre, ya que le escribía casi a toda hora, y ella debía estar lista para contestar.

En ese momento, el estrés la abrumaba. Tenía más trabajo del habitual y se le habían acumulado muchas tareas para un solo día. Su cabello, normalmente impecable, estaba sorprendentemente despeinado, y la luz destellante de la pantalla de la computadora hacía que su gran falta de sueño fuera más evidente que nunca.

<<Esto no es tan malo...>> trataba de convencerse a sí misma, sus palabras resonando en el silencio de la habitación. Suspiró, apoyando la cabeza en su brazo mientras soltaba un bostezo largo y profundo.

Las horas pasaban y el cansancio se hacía cada vez más palpable. Sus párpados se sentían pesados, como si estuvieran hechos de plomo. La pantalla frente a ella, con sus interminables líneas de texto y cifras, se volvía cada vez más borrosa. A pesar de sus esfuerzos por mantenerse despierta, sus pensamientos se volvían confusos, mezclándose entre la realidad y el sueño.

De repente, sintió como si su cuerpo se tambaleara sin necesidad de moverse. El teclado se volvió un mar de teclas indistinguibles, y sus manos temblaban ligeramente. Sus ojos, desesperados por cerrarse, empezaron a desenfocarse. Intentó parpadear para despejar la vista, pero el sueño era demasiado fuerte.