~¿𝘾𝙪𝙖𝙡 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙏ú?~ [𝓙 𝔁 𝓥]

7|• ~- Emociones y notificaciones -~ •

⚠️❗ ADVERTENCIAS ❗⚠️

Este capitulo puede contener violencia física y sexual, no estas obligado a leer si eres sensible a este tipo de temas, gracias.

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19 de Mayo del 2024 (domingo)

Pasó una semana desde lo ocurrido en la enfermería. Durante ese tiempo, J y V comenzaron a hablar más entre ellas, aunque la mayoría de las conversaciones eran para reclamarse algo o criticarse mutuamente. Sin embargo, había una nueva dinámica entre ellas, una especie de reconocimiento silencioso de la presencia de la otra. A lo largo de esa semana, J había intentado devolverle la sudadera a V en múltiples ocasiones, pero V se negaba una y otra vez. Habían discutido muchas veces por eso, cada discusión añadiendo una capa más de inquietud a su extraña relación.

—Nah, quédate con ella, de todas formas me llega a la cintura y ya ni abriga nada —dijo V la primera vez que J intentó devolvérsela.

—V, es tuya. —J extendió la mano para dársela, pero V la volvió a empujar hacia ella.

—Nop, quédatela tú. No la necesito —seguía y seguía contestando V, su tono despreocupado pero firme.

J no tenía ni la energía ni el ánimo para seguir discutiendo, así que se la quedó. La sudadera estaba siempre en un rincón de su armario. Nunca se la ponía, al menos no en público. Tenía un olor inusual, un olor que de alguna manera a J le gustaba sentir. Aunque no quería admitirlo, ese olor despertaba en ella sentimientos intensos y confusos, hasta el punto de provocarle "deseos" que no se atrevía a confrontar. Por eso mantenía la prenda alejada de su rutina diaria, pero de vez en cuando, en la privacidad de su habitación, la sacaba del armario, aspiraba su tenue olor y se permitía perderse en esos pensamientos oscuros y sucios por unos momentos. La sudadera se había convertido en un recordatorio constante de V, de su compleja y extraña relación y de las emociones inesperadas que V despertaba en ella.

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En ese momento, V se encontraba disfrutando de la tranquilidad de su habitación, la cual compartía con su hermana pequeña, Uzi. Aunque siempre habían compartido el cuarto, nunca lograron acostumbrarse del todo y preferían actuar como si la otra no estuviera allí.

Sentada en su cama, V estaba completamente inmersa en su propio mundo: chateando con su persona favorita, viendo algunos videos y disfrutando de un sándwich.

💛 "¿Y como ha ido todo por ahí? ¿La perra esa te sigue molestando?" 💛

🧡 "Ya no tanto, es extraña, a veces pareciera odiarme y a veces pareciera quererme a full" 🧡

💛 "Debe estar confundida, ¿Sabes? Me da pena." 💛

🧡 "¿Y como te va a ti con esa chica? La ultima vez dijiste que te había azotado contra el suelo del baño" 🧡

💛 "Ella es complicada, cada vez me gusta más lo que me hace. ¿Sabes? Es extraño." 💛

🧡 "Eso es preocupante" 🧡

V se quedó mirando el mensaje un buen rato, le transmitía emociones extrañas, una mezcla de preocupación y despreocupación. Un sentimiento difícil de entender, que se sentía como si su corazón estuviera siendo deteriorado poco a poco, pero esa sensación de alguna manera le agradara. Pero por suerte, esos sentimientos fueron interrumpidos por un mensaje, no uno de su persona favorita, si no uno de WhatsApp de nada más y nada menos que Rebecca.