29 de mayo de 2024 (jueves, por la tarde)
(Pov: V)
El sonido de la puerta al cerrarse fue casi un alivio. Observé cómo ella dejaba sus cosas en el colgador antes de invitarme a pasar.
-¿Te vas a quedar ahí parada? -preguntó con ese tono neutral tan característico suyo.
No supe qué decir. No habíamos intercambiado una sola palabra durante el camino a su casa. Por algún motivo, dirigirme a ella se sentía extraño, quizás porque todavía estaba confundida. ¿Por qué tenían que emparejarme con ella? En una clase con treinta alumnos, ¿de todas las posibilidades tenía que ser con ella? No es que me molestara trabajar con ella; al contrario, en el fondo me sentía más cómoda con ella que con cualquier otra persona. El problema era que ella nunca daba señales de sentirse igual.
Lo sé, suena confuso, ¿verdad? Me he convencido a mí misma de que nos odiamos a muerte, de que nunca hemos sido compatibles. Tal vez sea porque ella es Capricornio y yo Tauro. Aunque, curiosamente, según internet, nuestros signos son bastante compatibles...
En fin, me estoy desviando otra vez. El caso es que siempre asumí que ella y yo no nos llevábamos bien. Pero, en los últimos meses, he notado que me habla de manera más natural. Y yo misma he empezado a sentir que nuestra relación parece suavizarse cada vez más.
No sé cómo debería reaccionar. ¿Debería alegrarme o temer lo que pueda pasar? A veces intento buscar respuestas en su mirada, pero ella siempre la aparta, como si no quisiera que mis ojos descifraran sus pensamientos.
Ahora que lo pienso, apenas puedo recordar...
Cómo fue que la conocí...
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3 de septiembre de 2023 (lunes)
<<Dios mío...>>
Eso fue lo primero que pensé al ver lo enorme que era el lugar. Mi antiguo instituto no era nada comparado con esto. Creí que, al fin, este sería mi año ganador: el año en que todas las estrellas se alinearían y, POR FIN, podría estar tranquila.
Miré a mi alrededor. Había chicos y chicas de todo tipo, pero una en particular llamó mi atención. Era disciplinada a simple vista, bien vestida, y su cabello estaba milimétricamente arreglado.
Nuestras miradas se cruzaron casi de inmediato. Me perdí en sus ojos profundos, llenos de un sentimiento difícil de describir. Después de unos segundos incómodos, apartó la vista y caminó hacia su casillero.
No nos dirigimos ni una palabra durante toda la clase; éramos simples desconocidas. Aunque, la verdad, me pareció increíblemente atractiva desde el primer momento en que la vi. Eso hacía que mi mirada terminara encontrándose con la suya más seguido de lo que me gustaría admitir.
No me caía mal, pero tampoco podía decir que me cayera bien. Era solo otra compañera de clase para mí.
El primer día fue extremadamente normal, quizá demasiado. No tenía que fingir ser otra persona; nadie me molestaba por ser yo misma. Por fin me sentí tranquila, con amigos y una vida normal. O eso creí, al menos hasta la hora del receso.
Y sí, mis problemas volvieron casi de inmediato.
-Psst, ¿V? ¿En serio eres tú? Has cambiado mucho, ¿eh? -Rebecca me miraba con esa mirada penetrante tan típica de ella. Aunque su baja estatura ahora la hacía menos intimidante.
-Sí, he crecido bastante, pero parece que tú no has cambiado nada. -Respondí con calma, intentando no meterme en problemas el primer día.
Pareció irritarse, pero camufló su enojo tras una sonrisa forzada.
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~¿𝘾𝙪𝙖𝙡 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙏ú?~ [𝓙 𝔁 𝓥]
Romance¿𝘠 𝘴𝘪 𝘭𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢 𝘢 𝘭𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘮á𝘴 𝘰𝘥𝘪𝘢𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘶𝘭𝘵𝘢 𝘴𝘦𝘳 𝘵𝘶 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳𝘪𝘵𝘢?