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— ¿Me estas puto jodiendo verdad? —Dijo molesto Conway frunciendo el ceño de manera exagerada, algo tan común de él cuando se enojaba.

La situación era complicada para el superintendente de la ciudad, pero un relajo para los dos vampiros allí presentes. Castro y Freddy ahora debían montar una historia creyente para el caso, o al menos Castro, Trucazo le iba a tirar todo el marrón a ella.

— Sí, verás... Aquí hay marcas de que lo asfixiaron o al menos lo intentaron... —Señala la médica con años de experiencia, una zona del cuello donde tenía unos dedos marcados ya de tonalidad púrpura azulada— Era una persona con problemas cardíacos, del miedo fácilmente se le puso haber subido la tensión, los latidos aumentan y...

— Sí, ya se que es un puto paro cardíaco... Lo que no me puto creo es que este gilipollas haya muerto del susto... —Espeta Conway señalando el cadáver.

—Bueno, Conway, por si no sabes el hombre ya es de una edad bastante avanzadilla... Es fácil que del susto le de un paro cardíaco... —Dice Freddy con simpleza encogiendose de hombros.

—Cómo tú viejo... En cualquier momento te puede dar un paro cardíaco con la edad que me llevas... —Dice con burla Gustabo esquivando el golpe con la porra, para colocarse a un costado de Trucazo, usándolo de escudo.

El vampiro mayor suelta una risilla encogiendose de hombros cuando su compañero le dice que se aparte, pero no lo haría, haciendoselo saber.

—Aquí las porras en mi hospital no Conway... —Dijo Castro frunciendo el ceño en dirección al superintendente, quien a regañadientes guarda la porra.

Al final de cuentas Conway no dijo nada más acerca de la muerte del sujeto, descartandolo del modus operandi que estaba ocurriendo en los barrios bajos.

—Cualquier cosa que te enteres, me lo dices Castro... —Dice Conway para finalmente alejarse de la morgue y salir del hospital.

—Qué puto asco... —Murmura Gustabo asqueado, mirando con una mueca el cadáver.

—No vaya hacer que te aparezca en la noche Gustabiño... —Bromea Freddy.

—No soy un crío Freddy... —Dice Gustabo esbozando una ligera sonrisa.

—Ah... Pero ¿Y si empieza a subirte por las sábanas, con sus dedos arrugados, tiesos, helado, rozando con tu piel? —Murmura Freddy lo más tétrico que puede cerca del rubio, quien de inmediato hace una mueca asqueado.

—¡Qué puto asco tío! —Exclama el rubio haciendo una arcada saliendo de la morgue, de fondo escuchando la risa de Trucazo.

Gustabo llega a la salida del hospital, observando que el carro en que los fue a dejar Conway no estaba, el viejo se había ido dejando al par solos y abandonados como perros en gasolinera.

Conway, ¡Qué nos has abandonado! —Reclama Gustabo por la radio.

Búscate la puta vida...

El rubio bufo ante la respuesta dada por el adulto, definitivamente no le había agradado saber que el cadáver en la morgue no tenía nada que ver con los asesinatos ocurridos en estos días; los cuales siempre eran de dos a tres por semana.

Sobando su nuca, empieza a caminar hacia la comisaría, no tenía planeado pedirle a uno de los oficiales o alumnos que pasara a buscarlo. No con las náuseas aún presentes luego de la grata imaginación que le dio el Gallego.

Iba metido en sus pensamientos cuando sintió un pequeño empujón en su hombro derecho, mirando a esa dirección encontrándose con el rostro del Comisario.

—Nos han abandonado como perros neno...—Dice Freddy con una ligera sonrisa con su típico andar lento, tranquilo y ligeramente elegante. Cosa que no había notado antes.

—No es primera vez... —Dice Gustabo encogiendose de hombros con las manos en los bolsillos de su pantalón.

El silencio predominó en ellos, ninguno diciendo una palabra mientras caminaban tranquilos pero alertas por si los secuestraban, no querían romper el relajante silencio que se formó. Queriendo descansar ambos de su audición antes de tener que ingresar a comisaría y soportar a los alumnos con sus millones de preguntas o a los oficiales que hacen el gilipollas en el estacionamiento.

—¿Te apetece patrullar conmigo? —Pregunta Trucazo al rubio, mirándolo de reojo.

Ambos sonriendo con diversión, el día de por sí estaba muy aburrido y patrullar en conjunto lo volvía más divertido. Además, ¿qué podía pasar?

—No tienes huevos... —Reta Gustabo con una sonrisa en sus labios

—Me sobran neno...

Al final ocurrió de todo.

El dúo dinámico se encontraba en la oficina del jefe de policía, ambos sentados en el sofá bebiendo un café. ¿Por qué no? Mientras esperaban que Conway terminara de leer el informe.

—Es una puta denuncia.... —Dice el hombre entre dientes.

Oh bueno, una pequeña denuncia que les pusieron a ambos.

—¿¡Me explicais que cojones es esto!? —Exige Conway alzando el tono de voz claramente molesto.

—Bueno neno, se nos fue de las manos... —Dice Freddy tranquilo.

—¡Esto es más que eso Trucazo! ¡Le disparaste a un civil y García lo atropelló! ¡Hicieron omisión de socorro! —Exclama con enfado Conway.

— No hicimos omisión de socorro... Le di las vendas... —Dice Gustabo señalando al hombre de pistoleras con su café. Café que fue comprado por el comisario.

—Unas putas vendas para un disparo, Gustabin... —Dice Conway entre dientes mirando al rubio enfadado.

—A ver, neno, que me equivoqué de arma... Les dije que no era esa y les dimos vendiñas, además, los médicos también deben hacer su trabajo y haber acudido... Nosotros no somos EMS... Y justo hubo una joyería... —Dice Freddy defendiendo su pumto— Gustabo no hizo nada malo... Yo hice el marrón... Yo disparé el arma equivocada cuando iba hacer un taser... Ahí lo dice neno...

Conway maldijo a sus muertos un par de minutos más, llegando a un acuerdo con la persona que hizo la denuncia, ninguno de los dos recibió un castigo.

—¿Cuándo volvemos a patrullar juntos? —Pregunta con entusiasmo Gustabo caminando a un lado del gallego.

—Pensé que no ibas a querer más... —Dice Freddy ligeramente sorprendido mirando al rubio mientras se dirigen al parquin.

—Bueno... Contigo puedo ser más... Yo... ¿Sabes? Ambos estamos jodidamente locos... Y bueno... —Murmura Gustabo encogiendose de hombros, mirando en otra dirección bajo sus gafas de sol negras; objeto que se puso en medio del caos.— Fue divertido...

Trucazo esboza una sonrisa, no iba a negar que se divirtió más con el rubio que con cualquier otra persona, hace cuatro años lo habría querido matar con sus propias manos. Un humano que había ocasionado el caso en la ciudad, tomando el mando de una mafia, matando policías bajo el mando de otro, liandosela al superintendente. Y ahora acababan de patrullar juntos creando un lío que casi los saca del cuerpo.

Cosas de la vida. Un suceso que no le ocurría en todos sus años de vida.

— ¿Sabes qué Gustabiño? Desde ahora patrullaras conmigo... A tomar por culo Isidoro... —Dice Freddy señalando al rubio, quien ríe leve asintiendo.

Isidoro después se quejaría con ellos por ser abandonado, no del todo, pero eso sería un problema para el Freddy y el Gustabo del futuro.

Eternity - FreddytaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora