Capítulo 12

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El camino hasta el claro fue largo hubo que tomar un desvío. Jacob la cargo en brazos, según él para ir más rapido. Se detuvo en el extremo más lejano del claro y la puso en el suelo. Demasiado frío para el mes de junio, en cuánto se distanció del calor de su novio notó la temperatura, a pesar que iba abrigada eligiendo usar un jersey grueso, sentia escalofríos, no había llevado más abrigo para no dificultar su labor, pero consideró que debió llevar algo más para abrigarse.
Ahi estaban esperándolos Jasper, Alice y Edward, a quiénes saludaron antes de ponerse manos a la obra. Issy entregó una pañoleta que llevaba bajo su ropa, su bufanda y el gorro, los cuáles serían usados para ayudar marcar los caminos que deseaban los neófitos tomarán y así crear la trampa

- Bien. Ahora camina un trecho hacia el norte tocando todas las cosas que puedas - pidio Jasper.
- ¿Hacia el norte? - preguntó más asi misma que a los presentes.
Edward sonrió y señaló la dirección exacta que debía seguir.
Issy se arremango pese al frio, y se adentró en el bosque, dejando atrás el claro con la luz amarilla y diáfana de aquel día extrañamente soleado. De no ser porque sabia que ese grupo neófito iria hacia Forks, hubiera pensado que tal vez la visión borrosa de Alice la había hecho equivocarse con respecto a la nieve, porque el cielo estaba casi despejado, aunque el viento silbaba con furia en los espacios abiertos. Entre los árboles el viento soplaba con más calma.
Caminó despacio para dejar su rastro con los dedos sobre todo lo que quedaba a su alcance: la corteza rugosa de los árboles, los helechos húmedos, las piedras cubiertas de musgo. Dejó que las ramas rozaran su cabeza y sus brazos, y en un lugar a mitad del trayecto, se quitó el calzado para pisar sobre el musgo húmedo, luego se quitó esa media y tras secar bien su pie, la llevó en la mano.
Edward la acompañaba, andando en paralelo a unos 20 metros de distancia.
- ¿Lo estoy haciendo bien? - preguntó para confirmar.
- Más que perfecto - expresó el vampiro.

Bajo los árboles reinaba la oscuridad, pero podía ver con claridad al cambiar el modo de sus ojos, evitó por lo mismo mirar hacia Edward, no fuera cosa que encontrara extraño el brillo de sus ojos.
Llevó un rato llegar al lugar dónde la tropa de neófitos iba a cruzarse con su rastro, otros a parte de Alice, Jasper y Edward, habían usado prendas usadas prestadas previamente por Issy, como camisetas, pañoletas y medias, para fortalecer el rastro y que los invasores anduvieran en circulos.
Edward se aseguró que retrocediera por el mismo camino manteniendo el mismo rastro de vuelta al claro. Una ráfaga de viento la despeino, e hizo sentir escalofríos, bajo sus mangas y en nada Jacob apareció para cubrirla, tomándola nuevamente en brazos, se agachó hacia ella y pasó el brazo por detrás de sus rodillas. Las piernas de ella se elevaron en el aire de pronto, se descolocó un poco pero no cayó porque él la sostuvo con el otro brazo.
- Bueno, ya cumplió con su parte. La llevaré al refugio y regresaré con los otros - dijo Jacob.
- Buen trabajo - expresó Jasper a Issy - Lo demás está en nuestras manos. No se preocupen.

Jacob empezó a correr entre los árboles, sin darle tiempo a despedirse y desarles suerte. Llevaba un ritmo constante de trote, quizás para no incomodarla con el viento.
- No hace falta que corras. Te vas a cansar.
- Correr no me cansa.
Jacob respiraba con el ritmo regular de un corredor de maratón, aún cargando el peso de una persona, era asombroso; ella tenia una resistencia mayor al promedio al correr pero no a ese nivel, quizá se debiera a que su novio entrenaba más.
- Además, pronto hará más frío, y sé que no te gusta... Estuve pensando que mejor te quedes en mi casa. Billy no estará, nadie entrará, puedes cambiar de forma y dormir abrigada. No me molestan los pelos de gata en la cama
- ¡Oye! - dió un ligero golpe con los dedos - Para tu información mi muda de pelaje está bajo control, no tiró pelo como "otros".
Jacob se rió y la sostuvo más pegada a él. Bromear quebraba la tensión latente por lo que pronto sucedería.
- ¿Te fijaste que no hemos visto ni escuchado ningún animal? Es cómo si anticiparan algo
- Debe ser por la tormenta. Aunque no es normal que el bosque esté tan silencioso - contestó Jacob.

Melodía del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora