ᴍᴀɴᴄʜᴀꜱ ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ

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Las mañanas caóticas pero adorables del matrimonio Lecter. _____, siempre apurada y llegando tarde al trabajo por su amor al dormir, tiene un ritual único de despedida: Besa a su amado esposo Hannibal en diferentes partes de su rostro, dejando marcas de labial.

 _____, siempre apurada y llegando tarde al trabajo por su amor al dormir, tiene un ritual único de despedida: Besa a su amado esposo Hannibal en diferentes partes de su rostro, dejando marcas de labial

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Cada mañana en el hogar de _____ y Hannibal seguía un patrón peculiar. _____, siempre con prisa, se levantaba tarde por mil y un razones, aunque la verdad detrás de todas ellas era sencilla: Le encantaba dormir, y esa mañana no era diferente.

Te despertaste sobresaltada, lanzando una rápida mirada al reloj. "¡Otra vez tarde!", murmuras mientras saltabas de la cama. Con la urgencia característica, comenzaste tu rutina matutina a toda velocidad.

Mientras te vestías apresuradamente, Hannibal te observaba desde la puerta, una sonrisa divertida en su rostro. Sabía lo que venía a continuación y lo esperaba con ansias.

Te acercaste corriendo hacia él, ajustándote la blusa con una mano y sujetando tu bolso con la otra. Sin detenerte, comenzaste tu ritual de despedida, besando rápidamente a tu esposo en diferentes partes del rostro. Un beso en la frente, otro en la mejilla izquierda, uno en la mejilla derecha, y finalmente uno en los labios.

Cada beso dejaba una marca de labial rojo en la piel de Hannibal, y él adoraba cada una de ellas. Las manchas de labial eran su recordatorio diario del amor que le tenías, incluso en tu apuro constante.

“¡Nos vemos luego, amor!” gritaste mientras salías corriendo por la puerta. Hannibal se quedó en el umbral, observando cómo te alejabas, con el rostro decorado por las huellas de tus besos.

Una vez que te fuiste, Hannibal se dirigió al espejo del pasillo y se miró, admirando las manchas de labial. Cada una de ellas era un símbolo de su amor, de su peculiar pero encantadora rutina. Con una sonrisa en los labios, se preparó para su propio día, llevando consigo las marcas del cariño que le tenías.

Cada mañana era una pequeña obra de arte, pintada con besos apresurados y marcada por la dulzura de su amor. Hannibal no podía estar más feliz de llevar esas manchas de amor, recordándole lo afortunado que era de tener en su vida.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭 || 𝐇𝐚𝐧𝐧𝐢𝐛𝐚𝐥 𝐋𝐞𝐜𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora