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No podía estar más sorprendido por lo que sus oídos estaban escuchando, el disgusto, apoderándose de su rostro exageradamente y conectando su mirada con la persona a su lado, quien lo miraba divertido. Esperaba escuchar de sus labios afirmando que era alguna especie de broma, sin embargo, aunque esperó por varios minutos, no obtuvo nada de ello.

¿Hablaba en serio?

—No me mires así Jimin, es solo sexo.

—¿Crees que soy tu prostituta personal o algo así?

—No me hagas reír, sé que te gusta coger con cualquiera que se te ofrezca.

—Dime que esta es alguna de esas estúpidas bromas que salen de tu boca, porque de lo contrario, mi puño no esperará en besar tu maldita cara de niño mimado.

—Entonces que, ¿me dirás que estoy mintiendo?, hazme el favor—sonrió ladino, posando sus brazos detrás de su cabeza—no eres más que una puta barata, me quedó claro el día que abriste tus piernas para mí.

Jimin abrió los ojos sorprendido por la frialdad y repugnancia que salían todas las palabras de aquella boca, no habían pasado mucho desde que conoció a este chico frente a él, pero el odio interno que le producía incrementaba al pasar de las horas y al parecer el sentimiento era totalmente mutuo, ¿para qué pedirle tener sexo, entonces?, ¿era alguna especie de humillación hacia su persona?, empezaba a pensar que probablemente esta era su rutina diaria para conseguir gente a la cual manipular a su antojo y así demostrar lo poderoso que es, no iba a mentir, Jeon Jungkook era enteramente su tipo físicamente, incluso se atrevería a decir que eran muy compatibles en la cama, aquel encuentro... Jimin totalmente lo disfrutó.

Pero eso no excusaba su comportamiento.

—Esta puta barata se va—se levantó de la cama—el sentimiento que tienes por mí, es totalmente mutuo y la verdad es que si deseas difundir que me acosté contigo, eres libre de hacerlo, me beneficia.

—¿A qué te refieres?.

—Ya sabes, puedo conseguir más hombres con quienes tener sexo.

No esperó respuesta, giro la perilla y se dispuso a salir sin mirar hacia atrás.

El sonido retumbaba fuertemente por toda la mansión, luces de colores perdiéndose entre las siluetas de aquellas personas que disfrutaban a través de sus cuerpos cada letra de aquella canción, saciando sus oídos con lujuria y éxtasis, entendía la razón por la cual todos asistían a este tipo de fiesta, después de todo, él era uno de ellos ahora. Las cosas al llegar aquí no salieron como esperaba, cuando Félix lo invitó, realmente iba a negarse, pero para su increíble suerte, TaeHyung se encontraba a su lado y no dudo en persuadirlo para que asista, llevándolo también a él.

Jimin no era estúpido, al poner un pie en este lugar pudo darse cuenta inmediatamente la razón por la cual su nuevo amigo quería asistir con desesperación, sin embargo, no comentó nada al respecto, después de todo, entendía a Tae de alguna u otra manera.

Buscó con la mirada al susodicho, realmente quería salir de esa fiesta urgentemente e ir en su lugar a cenar algo, moría de hambre y acostumbraba a comer por estas horas, simplemente pensar en ello hizo que su estómago rugiera, se escabulló entre la multitud buscando aquella cabellera castaña, estaba claro que por ningún motivo se iría de ahí sin TaeHyung.

—¿Qué tal la fiesta?.

Tenía que ser una broma.

—Me gusta mucho—mintió—realmente gracias por haberme invitado Félix.

—¿Cómo no invitarte?, eres hermoso Jimin y veo que no soy el único que piensa lo mismo—agarró su mentón suavemente—me incluyo en la larga lista de pretendientes detrás de ti.

CORAZONES NEGADOS ʚ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora