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Despierto al escuchar la alarma que tengo programada para bajar a desayunar junto al resto de trabajadores del club. Me froto los ojos con pereza y después de parar la alarme me levanto de la cama para ir a la ducha.

Entro al cuarto de baño y pongo mi playlist favorita, es decir, la de Myke Towers. Me desnudo y una vez el agua esta caliente me pongo bajo ella. Cuando termino de ducharme envuelvo mi cuerpo en una toalla y hago lo mismo con mi pelo. Salgo del baño para cambiarme y, de repente, pican escucho como golpean mi puerta. Me quedo quieta un par de segundos, me miro a mi misma y, al ver que no se me ve nada, decido abrir la puerta. La abro poco a poco y, al ver a Pedri, la abro del todo. Este se queda quieto, delante mío, repasándome con la mirada.

— Si me vas a abrir siempre así, puedo plantearme venir más seguido — esboza una pequeña sonrisita y yo me sonrojo a más no poder.

Me siento pequeña bajo su intensa mirada.

— Pues vete olvidando — lo miro mal y me doy media vuelta — Si quieres, puedes esperar aquí mientras me cambio en el baño.

Claudia, ¿eres tu?

Pedri me mira con sorpresa y asiente levemente, dando un paso dentro de mi habitación. Agarro la ropa que tenía preparada encima de la cama. Me meto en el baño y me cambio lo más rápido que puedo.

Me he decidido por la camiseta del Barça de esta temporada y unos vaqueros cortos. Combinando he escogido unas Nike Dunk Mid Azul marino. De mis favoritas. Me miro en el espejo y, cuando me convence lo que veo, salgo del baño.

Al salir me encuentro a Pedri de espaldas, con el chandal del equipo y mirando por la ventana con las manos en los bolsillos. Se gira al escuchar la puerta del baño abrirse y me dedica una sonrisa a modo de saludo, una que cada vez me gusta más.

— ¿Ya estás lista? — me pregunta frotándose su bata a creciente.

— Me maquillo y ya está — informó y río cuando suelta un resoplido —. Oye si te quieres ir, estás en tu derecho.

— No, no. Me espero — dice rápidamente y yo suelto una risita tonta.

Se sienta en la cama y yo me siento en el escritorio con espejo que tengo frente a la cama. Me rizo las pestañas, me pongo rímel, corrector, un poco de colorete y ya estoy lista. Para diario no suelo maquillarme tanto.

— Ya esta — informó, levantándome para agarrar el bolso y mi móvil.

— Por fin — exagera el canario y yo ruedo los ojos.

Salimos los dos de mi habitación y bajamos hasta el lobbie para encontrarnos con el resto del equipo, bueno, faltan algunos. Nos dirigimos todos a la zona del bar para desayunar. Me siento con Adrián y con Sarah, los únicos que me han acompañado a Las Vegas.

— ¿A que hora se juega el partido? — pregunto un tanto una tortita con nutella.

— Diria que a las 2:00 p. m. — me responde Adrián sentado a mi lado.

— Yo creo que cañaremos 2-1 — opina Sarah sentada frente a mi compañero.

— Pues yo digo que 2-0, con gol de Raphina y de Lewandoski — opinó esta vez yo.

— Yo prefiero no opinar porque luego pasa todo lo contrario — se lamenta el castaño.

Los tres reímos y seguimos hablando del partido que se celebrará en unas horas. La verdad es que es muy fácil hablar con ellos. Siempre intentan sacar tema de conversación a pesar de que se forme un silencio.

Después de desayunar bajamos Adrián y yo bajamos a la zona recreativa junto con el resto de la plantilla.

— ¿Seguro que no molesto? — se preocupa.

Tu y yo | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora