𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘 | Daemon Targaryen

XXV

DOLOR DE MADRES / MOTHER'S PAIN

Rhaenyra caminaba por los pasillos del castillo, la noche de su hogar la llenaba de recuerdos antes de que toda esta batalla comenzó, al estar ahora del lado de los verdes hacía a Rhaenyra sentirse como una traidora a su propia sangre, no solo para Daenerys, sino para su padre y madre que ahora se encontraban con los dioses. 

El pasillo estaba oscuro, la única luz venía de las antorchas que ardían en las paredes junto con las velas del candelabro del techo. Rhaenyra se detuvo en silencio y miró como su media hermana, Helaena, caminaba con la pequeña Jaehaera por los pasillos que una vez recorrió su hermana Daenerys con Joffrey en brazos cuando recién nació.

Su consternación se reflejó en su rostro al ver la expresión agotada y asustada de su hermana. Algo había sucedido. algo había provocado el estado ansioso de Helaena.

Rhaenyra se acercó con cuidado a su hermana, la preocupación clara en su rostro. Helaena se sobresaltó al verla, y se tensó aún más cuando la albina mayor se acercó más.

Rhaenyra notó entonces una pequeña herida en el cuello de Helaena y, al mirarla a los ojos, fue aún más claro que algo terrible había sucedido. Los ojos de su hermana estaban llenos de miedo y trauma, y su mirada violeta era la de una persona que había pasado por algo horrible.

-- Helaena... que ocurrió? - preguntó Rhaenyra con un tono desesperado. -- ¿Dónde está Jaehaerys?

Helaena no dijo palabra, solo abrazó a su hija, Jaehaera, fuertemente, como si la niña fuera su única salvación. Sus ojos estaban llenos de lagrimas, y la mirada fija y llena de miedo que le lanzó a Rhaenyra le rompió el corazón.

Rhaenyra se acercó  más a su hermana, y posó suavemente una mano en su hombro. 

-- Helaena, ¿Qué ha sucedido? - Preguntó en voz baja esperando a que la menor de las mujeres Targaryen contestara. 

Helaena apoyó su mejilla en el cabello blanco de su hija y lloró quedadamente. Estaba claro que estaba luchando consigo misma, tratando de decidir si debía contarle a su hermana lo que había sucedido.

Rhaenyra pudo percibir su lucha interna y apretó suavemente su hombro en señal de ánimo.

-- Helaena, por favor, dime qué ha pasado. - suplicó con calma.

-- Mataron al niño...- confesó Helaena mientras buscaba consuelo en el suave calor de Jaehaera.

Rhaenyra podía sentir cómo todo se desmoronaba a su alrededor. No podía creer que alguien hubiera hecho tan atroz. Tomó la mano de su hermana y la llevó a los aposentos de Alicent.

Ambas mujeres caminaron en silencio, y cada paso que daban aumentaba la sensación de intranquilidad que las rodeaba. 

Al entrar en la habitación, Rhaenyra se encontró con una escena que la irritó y enfureció a partes iguales. La reina viuda Alicent montaba a Sir Criston, y Rhaenyra se apresuró a cubrir los ojos de Helaena para que no viera tal atrocidad. Alicent, al darse cuenta de la habían sorprendido, se bajó de Sir Criston y se giró para mirar a la hermana de Daenerys. 

-- ¿Cómo te atreves? - dijo Rhaenyra con furia. -- ¿estás cogiendo mientras matan a tu nieto?

-- ¿De que hablas? - preguntó Alicent consternada.