- ¿Y a las hormigas les dará dolor de hormigas? - susurre mientras la duda se plantaba en mi pues nunca sabría si ellas podían sentir dolor al fin y al cabo eran hormigas
¿pero todos los seres vivos tendrían que sentir dolor? ¿no?
suspire mientras veía a mi bebe
- tu que crees? - el bebe río ante mi pregunta como si me entendiera
pero las puertas se abrieron dejando ver a amira con una sonrisa de mejilla a mejilla, parecía que estaba rebosando de alegría por que cada paso que daba hacía parecer que estaba volando
sonreí ante su felicidad sin entender por qué sonreímos
- ¿qué pasa? -
- sultana - dijo tomándome de las manos - acaba de pasar algo grandioso
sonreí al no entender de qué me hablaba pero feliz por ella pues debía ser algo bueno
- enviarán a la sultana hurrem al palacio de caza - dijo con ojos felices
y yo habri mis ojos
- como sabes eso - pregunté soltando sus manos
ella solo sonrio aun mas como el gato del país de la maravilla, al parecer ella era la más feliz, tanto que me daba miedo
- vi a las criadas de la sultana hurrem sacando cosa y oí sumbul dando órdenes de llevar todo al palacio de caza - por cada palabra que decía más me sorprendía
soliman sería incapaz de hacer eso ¿no? se supone que la amaba ¿no?
- como sabes que no se van por un tiempo - pregunte dejando a mi bebe con una de las muchachas
- por qué la sultana mariam apareció y luego se fue rumbo con su majestad salió llorando después de un tiempo -
yo solo me senté por la impresión pues no sabia por que solimán había tomado esa decisión, se suponía que tenía que enterarse que ella estaba creando descontento con la administración del harem y aun así si uviera sido eso el castigo fue muy leve pues solo la envió al palacio de caza pero cuál era la razón por la que tomó tal decisión
-y hurrem como lo tomo-pregunte mientras alzaba la cabeza en busca de respuestas
amira solo se removió incómoda borrando su sonrisa
-solo se que en cuanto supo la noticia la llevaron con la doctora-dijo lentamente
yo solo reí ¿de verdad había pasado?
todo estaba pasando muy rápido demasiado rápido tanto que me daba miedo por que ni siquiera me esforcé
-vamos-dije levantándome de aquel sillón
tenía dos opciones o irle a pedir a solimán el harem por que con la ausencia de hurrem nadie se encargaría o quedarme callada, así que me quedaría callada, él tendría que dármelo por su voluntad
camine rumbo a las puertas del harem donde vi a la sultana mariam
cuando me anunciaron ella volteo rápidamente , se veía completamente mal, su cabello estaba fuera de sí sus ojos estaban rojos y la nariz parecía de rodolfo el reno nada comparado con la joven que vino a ver a mis hijos
se acercó lentamente a mi con un semblante neutral
-sultana- dije ofreciendo mi respeto
-quien crees que eres?- preguntó-quién eres para pararte frente a mi despues de todo lo que has echo
fruncí el ceño por sus palabras pues yo que tenía que ver
-no se de que...-mis palabras se cortaron por las suyas
-no te di permiso de hablar- dijo acercándose más-no sé qué le dijiste a mi padre-vaciló por un momento-pero te aseguro que no se quedará así me escuchaste
mientras su palabras salían sus manos llegaron a mi brazo con fuerza mirándome a los ojos mostrándome que no tenía miedo
sonreí quitando su mano, dolió como cuando te echaban agua oxigenada en la herida pero no dije nada por que mi orgullo valia mas
-no se de que habla- dije lentamente mientras la miraba con superioridad
pero ella solo chocó su hombro con el mio saliendo de aquel lugar
mire a las demás mujeres que estaban en el harem, miraban yo solo suspire y me fui de ahí
samira se acercó a mí tomando mi brazo sabía que tarde o temprano solimán me llamaría y por una o por otra se entera
-busca un vestido para esta noche-le dije-que sea descubierto de las muñecas
ella me miro y solo asintió comprendiendo
mire las puertas del harem y entendí que no importara que digiera hurrem soliman no cambiaria por que debio de haber echo algo malo tan malo que el desconfió y un vez pierdes la confianza ya nada es lo mismo
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EN EL TIEMPO
De TodoUna joven reencarna en la época de Suleiman el magnífico como una concubina de Inglaterra, tratando de alejarse lo más posible de el palacio