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Los murmullos nunca pasaban desapercibidos para Wooyoung, siempre que caminaba por los pasillos de su universidad la gente de vez en cuando cuchicheaba sobre su persona.

Solo conseguían aumentarle el ego, porque desde luego no eran murmullos malos, ¿Cómo iban a serlo? Si lo veían como uno de los chicos más guapos que podía haber pisado la facultad de arquitectura en mucho tiempo, aunque tal vez también porque es raro ver a un omega en ese lugar.

Se llevaba el título de "Sex appeal", y lo portaba con mucho orgullo.

Aunque, sinceramente, ahora no tiene tiempo para pararse a agudizar su oído y descubrir alguna de las conversaciones a fondo, tiene un exámen a primera hora y ya va tarde, así que acelera el paso, con la mochila rebotando en su espalda.

Nada más entra al aula, el profesor de diseño arquitectónico le regaña por las horas, por poco y no le deja hacer el exámen.

Tiene suerte, de alguna forma consigue convencerle y se sienta en su lugar, junto a uno de sus amigos, Minho.

El nombrado aprovecha que el profesor está entretenido en la computadora para hablarle bajito.

—¿Por qué has llegado tarde? No es propio de ti.

—Apenas dormí anoche, estuve haciendo la maqueta que nos encargaron la semana pasada. —Susurra, vuelve rápido a su lugar, no quería que le descarten del examen definitivamente.

Minho niega con la cabeza y rueda los ojos, para después centrarse en su exámen de igual forma.

La hora transcurre en un sepulcral silencio, al fin y al cabo es un exámen de la asignatura más complicada e importante, todos están lo más concentrados posible.

Suena la campana y Wooyoung justo termina de responder la última pregunta, casi podría decir que había sudado del estrés.

Pasa el rato, notando una mirada posada en él desde hace rato. En esta clase se mueve a otra aula y siempre sucede lo mismo.

No recordaba bien el nombre de ese chico, solo sabe que parece ser un oso, se quedaba mirándole la mayor parte de la clase, ni siquiera le importaba si él le miraba de vuelta, no apartaba la mirada.

Más allá de eso, no se desconcentró más en las siguientes horas hasta que por fin pudo agradecer a cualquier especie de ser superior por hacer la campana sonar para ir a comer.

Camina animado por los pasillos, algunos chicos se quedaban ensimismados mirándole, pero él no les daba importancia, no ahora.

Hoy va a ser un día muy importante.

Se asegura de que sea el aula correcta y se queda a un lado de la puerta, viendo como varias personas que no le importan salen del aula, hasta que finalmente salen aquellas orejas gatunas negras parecidas a las suyas que estaba esperando y prácticamente le salta encima abrazándole por la espalda.

—¡San! —Llama, a la vez que se aferra a su cuerpo con fuerza y una gran sonrisa adorna su rostro, el olor tan característico a manzanas caramelizadas de San le calma.

El nombrado se sobresalta y voltea para confirmar que sea quien piensa, en cuanto lo hace, sonríe de igual forma.

—Hola, Wooyoung.

El pelinegro se suelta del abrazo para comenzar a caminar junto a su amigo.

—¿Qué tal hoy? —Inquiere, a una distancia prudente esta vez.

—Cansado, lo normal. —Responde San, Wooyoung se percata de su cola, normalmente inquieta, bastante tranquila, apuntando al suelo. —Creo que voy a suspender.

SEX SYMBOL  ·  Wooyoung Harem 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora