11

184 27 2
                                    

Wooyoung se encontraba en la salida, apoyado en las barras de metal del cercado de la institución. Perdido en su teléfono mientras esperaba a San.

Minho se lo dijo, no podía evitarle para siempre, y al parecer el momento de solucionar el problema había llegado antes de lo que esperaba.

Mordisqueaba su labio inferior, denotando nerviosismo a más no poder, su cabeza solo se encargaba de hacerle pensar en mil posibilidades por las que San podría o bien seguir queriendo ser su amigo, o bien dejando de hablarle para siempre. No estaba listo emocionalmente para la segunda opción. Su pecho se oprimía con una sensación desagradable al pensar en ello.

Algo, o más bien Yunho lanzándose encima de él, le hizo volver a la realidad. Pestañeó confuso, y un tanto asustado, por tener repentinamente al Golden Retriever asfixiándole en un abrazo. Guardó su teléfono y fue inevitable sonreír por la mezcla de emociones que estaba sintiendo.

—¿Qué haces, loco? —Le preguntó, sin realmente estar molesto, solo divertido con la actitud del más alto.

—Nada, solo estoy aburrido y libre de tareas, así que pensé en que podría acompañarte a casa. —Mencionó reforzando más su agarre en el abrazo.

—¿Libre de tareas? ¿De verdad estudias arquitectura? —Preguntó incrédulo, y eso que él apenas tenía horas de sueño por culpa de todo el trabajo que le dejaba la universidad. —Espera un segundo, ¿Acompañarme? ¿De dónde nace tu bondad?

—¿No quieres? —Yunho se alejó del abrazo, de repente parecía un cachorro abandonado bajo la lluvia. —Lo siento, no quiero molestarte.

—Bobo, no me molestas. —Llevó una mano a acariciar su cabello plateado decorando sus orejas rubias. Tuvo que ponerse de puntillas por desgracia para su ego. —No quiero ser un inconveniente.

—¡No lo eres! De verdad quiero acompañarte. —Yunho volvió a abrazarle, y Wooyoung podría decir que se sentía un poco agobiado por su actitud extremadamente pegajosa, pero en parte lo necesitaba en ese momento. —Solo quería pasar algo de tiempo contigo, somos amigos.

Wooyoung correspondió el abrazo, mientras fijaba sus ojos disimuladamente en un pelirrojo que observaba la escena desde lejos.

—Me parece bien.

—¿Vamos?

—Por supuesto.

Sí, estaba siendo rencoroso, la situación le hacía sentir un deja vu, como si estuviese en una posición similar a la de San.

No quería dar pie a ninguna de esas posibilidades en las que su momento de estar separados pasase a ser un no volver a juntarse nunca. La única solución que cruzaba su mente era evitarlo todo el tiempo que pudiese, y que Yunho hubiese aparecido había sido su vía de escape.

¿Tal vez San pensó lo mismo aquel día?

No lo sabía, ni lo sabría por el momento, porque mientras él se iba tomado del brazo con Yunho, ahora era San quien estaba parado como un imbécil en medio de toda la gente porque le habían dejado plantado.

[...]

—Gracias por acompañarme, ha sido divertido hablar un rato. —Wooyoung se inclinó para abrazar a Yunho, un tanto incómodo.

No incómodo por Yunho, sino porque desde que había entrado a su calle, había conseguido divisar a Hongjoong sentado en el mismo banco del otro día.

Le estaba poniendo de los nervios notar su asquerosa mirada en su nuca.

—Lo mismo digo, nunca se me había hecho tan ligero un camino como hoy contigo.

—Ya saldremos a dar un paseo bien otro día.

SEX SYMBOL  ·  Wooyoung Harem 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora