Desencuentros

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—Willow…

La voz fue un susurro cargado de agonía. Podía oír su respiración agitada, su cuerpo cada vez más pesado.

—Willow— Volvió a ignorar su llamado, dando un par de pasos más hacia el frente. Sabía que era una misión casi imposible, pero siempre había sido necia, no iba a desistir tan fácilmente.

—Para— Esta vez su tono fue más firme, utilizó su peso para frenarla. El agarre en su cintura no disminuyó, pero detuvo sus pasos.

Se volvió a mirarlo, claramente angustiada. Las marcas amarillas del hechizo de drenaje se extendieron por su rostro, era más que obvia la agonía por la que estaba pasando.

—Tengo que sacarte de aquí— Declaró por milésima vez. 

Sabía que no debía, sabía que se estaba dejando llevar por sus emociones, pero se rehusaba a dejarlo morir.

Además Luz ya debía estarse encargando de Belos, de verdad lo esperaba.

El chico dejó escapar una carcajada, negando con la cabeza. La miró directamente, aquellos deslumbrantes ojos magenta clavándose en los suyos.

—¿Para qué? Si no muero aquí de cualquier forma las personas van a lincharme.

Willow frunció el ceño. Si bien tenía razón, no por eso lo dejaría a su suerte.

—Podría explicarles, yo he visto quien eres en verdad, podría…

—No— Su respuesta fue golpeada, seca, pero en su rostro se dibujaba una sonrisa cínica.

—Ese lado que has visto es solo para ti Capitana— Alzó su mano libre para jugar con un mechón de su cabello. Willow era consciente del desastre que estaba hecha en ese momento, pero aun así la trataba como si fuera lo más precioso de ese mundo.

—Es injusto, todo el mundo piensa que eres un Monstruo.

—Y lo soy. ¿O ya olvidaste todo lo que hice?

La joven bruja hizo una mueca y desvió ligeramente la mirada. No, le sería imposible olvidarlo aunque lo intentara.

—¿Qué es lo que quieres Willow? Dimelo. ¿Quieres salvar a las islas? Ese siempre fue tu objetivo. Deberías estar peleando junto a Luz, no preocupándote por quien las sentenció.

Se sumieron en un breve silencio. Los sonidos de pelea se escucharon a lo lejos.

Le dolía que sus palabras tuvieran razón, le dolía lo bien que la conocía.

El suelo comenzó a temblar. Tuvo que sujetarlo con más fuerza para no dejarlo caer.

—Tenemos que irnos ya.

—Capitana— Se alejó ligeramente, dejando de apoyar su peso en ella. Aún veía dolor en sus facciones, pero también determinación. —Dimelo. ¿Quieres salvar este mundo? ¿Eso es lo que más deseas?

—Quiero que mis seres queridos estén a salvo— “Incluido tu”, quiso agregar, pero no lo dijo en voz alta, solo espero que entendiera que estaba implícito en sus palabras.

—Bien— Acuno su mejilla con su mano con delicadeza, acarició aquella zona con su pulgar unos instantes, para después cerrar la distancia y besarla con pasión.

Willow no pudo evitar dejarse llevar, se perdió en el momento, en la suavidad de sus labios. En la rudeza de su mano sujetando su cintura.

Se separaron después de un par de segundos, su frente pegada a la contraria, como si no quisiera alejarse.

Golden ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora