Años después de la partida del Príncipe Jungkook, el palacio había encontrado un equilibrio renovado bajo el reinado de la Reina Hyejin. Su dedicación al pueblo y su sabiduría en los asuntos del reino la habían convertido en una líder respetada y querida por todos.
Un día soleado, Hyejin contemplaba los jardines del palacio con un profundo sentido de gratitud y paz interior. A su lado, el Príncipe Seungwan, su hijo de dieciséis años, caminaba con la misma elegancia y determinación que recordaba en Jungkook. Seungwan era el fruto del amor que había compartido con Jungkook, un recordatorio vivo de su legado.
Seungwan, a pesar de su juventud, había heredado la fuerza y el carácter del príncipe que nunca llegó a conocer personalmente. Con cada paso que daba, Hyejin veía destellos del rostro de Jungkook en el de su hijo, y esto llenaba su corazón de una mezcla de nostalgia y alegría.
—Madre, ¿cómo era mi padre? —preguntó Seungwan con curiosidad, rompiendo el silencio confortable que los rodeaba.
Hyejin sonrió con ternura mientras acariciaba el cabello oscuro de su hijo. —Tu padre era valiente y gentil. Siempre tenía una sonrisa para todos, y era un líder nato. Era amado por su pueblo, al igual que tú lo serás algún día.
Seungwan asintió con gratitud, absorbiendo cada palabra con reverencia hacia el hombre que solo conocía a través de historias y retratos.
Con el paso de los días, Seungwan continuó su educación en el arte de gobernar, guiado por la sabiduría de su madre y el recuerdo del padre que nunca llegó a conocer en persona. Hyejin observaba con orgullo cómo su hijo crecía no solo en fuerza y habilidad política, sino también en compasión y empatía hacia su pueblo.
En una mañana tranquila, cuando el sol doraba suavemente los muros del palacio, Hyejin se encontró recordando a Jungkook con una mezcla de melancolía y gratitud. Había pasado tanto tiempo desde su partida, pero su presencia seguía siendo palpable en cada rincón del palacio y en el corazón de su hijo.
—Jungkook, donde quiera que estés, mira lo que hemos logrado juntos —susurró Hyejin, con los ojos brillantes de emoción contenida.
Y en ese momento, sintió un susurro en el viento, una presencia reconfortante que le recordaba que, aunque Jungkook ya no estaba físicamente con ellos, su espíritu perduraba en cada decisión sabia y en cada acto de amor y dedicación hacia su reino.
La historia de Jungkook, Hyejin y Seungwan se convirtió en una leyenda en el reino, una historia de amor, pérdida y renacimiento que inspiraría a generaciones venideras a valorar el poder del amor y la fortaleza de la familia, incluso más allá de la vida misma.
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First Love - J. Jungkook -
FanfictionCreen que el amor y el poder de creer lo es todo. Tal vez tengas que esperar días meses años o tal vez muchas realidades, pero cuando el futuro tiene escrito a cal y tinta la historia nada ni nadie puede corromperla o borrarla. ✓ Historia 100 porcie...