Morfeo me visitó esa noche y susurró a mi oído que finalmente cumpliría mi capricho. Aprovechando su amabilidad y viviendo con esa maldita flecha clavada por Eros, te busqué en mis pensamientos más profundos para aprovechar dicha oportunidad. Al hallarte, sumida en mi ensoñación, te invité a escapar de nuestra realidad, a visitarme en los sueños, a olvidar nuestros errores y disfrutar de la utopía. En silencio me seguiste, dejando que Hedoné hiciera su magia: jugamos a ser amantes de la noche entre mordidas y sudor, deleitándonos con cada roce, cada suspiro y falta de aliento, disfrutando de la amabilidad de dioses en los que ni creemos. ¿Pero acaso importa? Es mejor deleitarse aunque sea solo a través de los sueños.
NICO..
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ÉL
RandomÉl, ella o ell@s dependiendo de como lo mires. Sentimientos. El corazón nos lleva muchas veces más allá de lo que el alma debería experimentar.