Y no hubo refugio para ese dolor

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Tus labios se entrelazaban con los míos en un baile tan íntimo, tan nuestro. Eran tan familiares para mí que cada unión me hacía sentir en casa, en un lugar donde los miedos desaparecían, donde dejábamos fluir la pasión, donde solo existíamos tú y yo, nuestro refugio seguro. Todo fue perfecto a nuestro modo.

Hasta que te perdí.

Nota: lee al final otra vez el título

ÉLWhere stories live. Discover now