Desde lo más profundo del corazón, el alma grita enloquecida.
No hay movimiento, su cuerpo yace frío, y su piel comienza a perder su color.
Él besa sus labios, ahora de hielo, buscando un calor que nunca volverá.
Un último grito resuena antes del fin:—¡Te amé tanto que te maté, así como lo hiciste con mi corazón! ¡Si no eras mía, no serás de nadie!
El cadáver cae por el precipicio, destrozando su belleza en el descenso.
Otra alma se pierde en el abismo, arrastrada por la oscuridad.
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ÉL
RandomÉl, ella o ell@s dependiendo de como lo mires. Sentimientos. El corazón nos lleva muchas veces más allá de lo que el alma debería experimentar.