Mi corazón roto acompañado de una tormenta.

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Y cuando el cielo se torna grisáceo, los vientos son violentos y el sonido de los relámpagos hace ruido por toda la ciudad, es cuando yo me pongo a analizar.

Las gotas cayendo, el cielo nublado y el familiar aroma a tierra mojada, me erizan la piel y me llevan al ayer.

Ayer sí, hoy no.

Ayer me amabas con locura, hoy te marchas y tus últimas palabras son el famoso "no eres tú, soy yo".

Ayer me sentía completa, hoy siento que te sueño despierta.

Ayer podía hablar con normalidad, con claridad, y hoy tengo un nudo en la garganta que no me permite vocalizar ni una sola palabra.

Y sé que mañana será el ayer de los que es hoy. ¿Pero qué si no quiero que pase el tiempo, que las horas se conviertan en días, los días en semanas, las semanas en meses y los meses en años?

¿Qué si yo creía que sería para toda la vida?

¿Qué si pensaba que lo nuestro duraría una eternidad?

El tiempo es complejo, el destino complicado y no podemos forzar las cosas porque solo nos estaríamos dañando.

Las gotas cayendo sobre mi ventana se convierten en lágrimas descendiendo sobre mis mejillas, el frío viento hace que poco a poco olvide el calor de tus brazos cubriendo mi piel, y el sonido de los truenos son el eco de mis gritos internos, suplicando que volvamos al ayer.

MagariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora