Mar abierto.

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Amo mi versión enamorada.

¿Pero, por qué siempre la destruyen?

Amo eternamente. 

Mi capacidad de amar es la misma cantidad de granitos de arena en el mar.

Cuando amo, lucho contra la corriente del mar abierto que es tan inmenso.

Y si las olas me atrapan, busco la manera de salir de ese sitio para buscar un poco de oxígeno.

Siempre he nadado con fuerza, aunque en el fondo me esté hundiendo.

Y es tan curioso porque le temo al mar y aun así decido quedarme y nadar.

En las olas que te llevan, que te elevan y que te mueven con una fuerza que no está en ti controlar.

Cuando quiero dejar de nadar, me doy cuenta de que estoy tan lejos de la orilla y le temo al regreso, porque no sé si puedo hacerlo.

Pero mi cuerpo está tan cansado que solo pide un poco más de tiempo.

Siempre lo intento y siempre me hundo, en el fondo del mar, en el fondo de su amor. 

Todo el tiempo estoy en la mitad, no estoy segura de decidir si nado contra la fuerte corriente o me hundo en las profundidades del océano, no estoy segura de decidir si me quedo o me voy. 

MagariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora