Nuestra última conversación.

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Siempre pensé en volverte a buscar para tener nuestra última conversación. 

 Creía que si la teníamos podría liberarme, por fin soltarte. 

 Pero fuiste incapaz de buscarme, aunque solo fuera una vez en tu vida.

 No sé si fue cobardía o falta de amor, pero hoy ya no espero una explicación.

 Una explicación del porqué decidiste dejarme con el corazón hecho pedazos. 

 Dejé de buscar la razón del porqué un día decidiste dejar de amarme y al poco tiempo amarla a ella. 

 Y aunque a veces pasas por mi cabeza, hoy puedo decir que ya no te espero. 

 Me fui sin esperar venganza, porque en mi corazón no existe rencor. 

 Tú, más que nadie, sabes que no puedo odiar a alguien que amé con el alma y el corazón.

 Me di cuenta de que no necesitaba de esa conversación para soltarte, comencé a liberarme el día en que dejé de buscar respuestas y comencé a encontrarme a mí en la ausencia de estas.

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