Especial LGBTQ Día del orgullo (+18)

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—Quiero que me llames en cuanto tengas la información. No importa la hora.

—¿Piensas que Clayton dejaría a un familiar a la deriva?

—A la deriva sí, vivo, pues tengo mis dudas.

Román Varoni era hijo de una coreana y un italiano. Se había criado entre una infinidad de dialectos y peleas en el Bronx, uno de los barrios más conflictivos de Nueva York. Había conocido a Jasper en la universidad. Román con una beca, Jasper el muchacho privilegiado de Manhattan. Era así como todos lo vieron, nadie se tomó el trabajo de mirar más allá de esa fachada, excepto él. Fue cuando Román agradeció el amor que siempre recibió de sus padres, y compadeció a Jasper. La afinidad entre ellos se hizo instantánea y sus vidas continuaron unidas más allá de la universidad. Román incluso fue padrino de bodas de Jasper. Trabajaban juntos como fiscales de Nueva York junto a Jeremy Towsen.

Román tenía una disciplina absoluta por el trabajo, del mismo modo que Jasper. Esa tarde cuando recibió el llamado de su amigo se puso manos a la obra de inmediato y lo que descubrió hizo que su sangre se helara un poco más frente a un hombre sin límites ni escrúpulos.

—Por lo que averigüé, estabas en lo correcto—apuntó Román—. El muchacho es hijo de Clayton. Huyó de su casa cuando tenía diecisiete años, eso fue hace cuatro años atrás. Jasper, tienes en tus manos a una víctima más de ese hijo de puta.

—No nos apresuremos con las conclusiones—replicó el fiscal—¿Estás seguro de que tiene veintiún años? Lo vi de cerca y luce más joven incluso—. Jasper apenas lo creía con su actitud.

—Sí, aunque parezca un adolescente—explicó Román.

—No debemos informar a servicios sociales entonces—Jasper reflexionó cada palabra que salía de la boca de su amigo—¿Qué más tienes?

—Aquí es donde viene lo bueno, mejor dicho, lo que nos interesa. Puede que ese muchacho no sea el hijo que Clayton ansiaba, sin embargo, intentó meterlo en el negocio como fuera.

—¿A qué te refieres?

—Sean estuvo en varias operaciones de su padre, aunque estoy seguro de que el mayor interés del muchacho era Randy, un joven amante que también estaba dando sus primeros pasos en la organización. De un día para otro, el tal Randy desapareció. Sean fue educado en un buen colegio hasta que abandonó su hogar. Conoce todo sobre la red de distribución, los principales compradores, el entorno de Clayton. Es más, corre un riesgo terrible al deambular por ahí.

—Sabe que jamás dirá nada—explicó Jasper—. No le interesa formar parte, pero tampoco venderá a su padre, así como así.

—Es el hijo de un asesino Tú mismo has dicho que no saquemos conclusiones apresuradas—enfatizó Román.

—El hecho de que no me haya dado su verdadero apellido a la primera significó dos cosas. Una, profunda vergüenza, la segunda, me parece que en el fondo no querría ver a su padre tras las rejas o él enredando en algún problema policial.

—Debes tener cuidado.

—Apenas sabe que soy fiscal. Te aseguro que desconoce lo de mi familia, de lo contrario, me habría dado cuenta.

—Subestimas la maldad de la gente—acotó Román—. Jasper, ¿qué te está pasando? Este no eres tú.

—No tienes idea lo que tenemos ahí. Te da ternura incluso.

—Esos son los más peligrosos. Por favor, no nos dejemos llevar por los recuerdos.

—¿Recuerdos?