Famoso Héroe apuesto

#5 pov katsuki

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Tocaba clases con el héroe deku así que me dirigí al patio delantero para tomar esa clase.

Mientras calentamos no pude evitar examinar con la mirada al héroe deku, quien parecía que buscaba algo hasta que chocó con una chica lo que provocó que se manchara de su refresco, me burle a lo bajo al verlos.

- ¿De que te ries bakubro? - pregunto un pelirojo algo animado y con recelo.

- De nada pelos de mierda. Que te importa. - le gruñó al alfa mientras volvía a hacer sus ejercicios con la atenta mirada de kirishima. - ¡¿Que putas quieres?! - gruñó al hartarse de la atenta mirada del pelirojo.

- ¡A-ah! ¡Nada! ¡Nada! - dijo con un sonrojo al verse descubierto.

Katsuki lo fulminó con la mirada y volvió a posar la vista hacia izuku, quien estaba hablando con otro omega hasta que le devolvió la mirada con una media sonrisa.

Al verse atrapado se sonrojo e intentó continuar con sus estiramientos. Cosa que no paso desapercibida por ambos alfas que lo observaban. Izuku tuvo que ayudar a las chicas y kirishima miraba celoso el comportamiento de su amigo.

- ¿Por qué estás rojo, katsuki? - pregunto fingiendo su típico tono de voz.

- Que te importa - gruño el omega al sentirse amenazado por las fermonas territoriales de kirishima.

Kirishima suspiro y decidió dejarlo pasar, él no era nadie para decirle que hacer y que no a Bakugou. Aunque pronto lo sería.

Katsuki por otro lado debido al entrometido de kirishima se le quitó su buen humor recién obtenido por una desconocida razón.

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Pasaron una de las horas que les tocaban con normalidad pero cierto omega se sentía raramente necesitado de algún tipo de atención. Cosa que realmente nunca aceptaría en voz alta.

Así que para saciar un poco a su omega, hizo lo que tanto le había pedido.

- Estúpido deku, ayudame con mis estiramientos. - ordenó.

- Oh, Katsuki. ¿No? Esta bien. Pero ¿No habías terminado hace rato? - pregunto curioso el alfa dejando a un lado una omega castaña que pedía urgentemente la atención del alfa.

Katsuki se quedó en blanco, era cierto. Había terminado su estiramiento hace mucho. Aunque sinceramente no tenía alguna otra excusa.

- Tsk, ¿Tú qué sabes, idiota? - soltó a la defensiva. - Muérete.- dicho esto cruzó los brazos dispuesto a irse, haberse acercado a ese peliverde había sido un error.

Izuku reaccionó de inmediato al ver las actitud del omega, el cual le habían advertido sobre su carácter y la influencia de sus padres en la UA, así que respondió.

- ¡Lo siento! Ya voy a ayudarle. Disculpa joven Uraraka. ¡Joven Bakugou, espere! - hablo rápido el peliverde, dándole una pequeña disculpa a la castaña por dejarla de lado mientras iba tras el cenizo.

- No, ya no quiero. Aléjate. - gruñó.

Izuku lo tomo de los hombros y camino con el cenizo hacia donde esté último estaba, bajo un árbol que daba buena sombra. Un poco alejado de los demás pero era un buen lugar.

Katsuki solo se dejó arrastrar, estaba levemente satisfecho por su cometido. Aunque realmente no tenía idea de que lo lograría, o cuál era su objetivo realmente.

- Vamos, ¿Con que quiere empezar? Puedo ayudarle con lo que sea. - sonrió sentándose frente al pelirubio.

- No. - contestó cortante.

- Vamos katsuki, haré lo que quiera. - rogó el peliverde, realmente quería ser útil para todos sus alumnos, se sentiría mal si no podía complacer adecuadamente a alguno.

- ¿Lo que quiera.? - pregunto mientras contenía una sonrisa sádica.

- Lo que tú quieras. - afirmó.

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- ¡Dame Diez más deku! ¿Así planeas salvar a todos? - gruño con una sonrisa, estaba sentado con las piernas cruzadas en la ancha espalda de deku mientras esté hacia lagartijas, llevaba 40 lagartijas.

- ¡Argh! Kacchan, ¿No ibas a hacer estiramientos? - pregunto el pecoso en su 48 lagartija.

- Nah esto es más divertido, deku de mierda. ¿Y como que "kacchan" bastardo? - hablo con tono molesto el omega.

- Ah.. es un apodo lindo que me acabo de inventar. ¿Te gusta? - preguntó izuku terminando lo que el rubio quería, quedándose como si estuviera haciendo planchas para que el rubio bajara.

- Pura mierda, jodido apodo feo. - era mentira, a su omega le gustó ese apodo.

- Eres malo. - Katsuki se bajó de su cómodo asiento dejando al héroe descansar.

Hasta que sonó la campana.

- Bien, ahora tienes que irte a sufrir con Makoto. - Dijo entre risas el maestro.

- ¿Makoto? Ah, el otro héroe. Si, jodida Mierda. - se lamento mientras veía a los otros irse al salón.

Se levanto dispuesto a irse pero lo detuvo la voz masculina de un pecoso peliverde.

- Adiós, Katsuki. - sonrió.

- Muérete, Deku. - respondió con una sonrisa ladina dispuesto a irse.

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No tengo ideas ayuda T-T