#9 Demonios, ¿Por qué él?

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A la mañana siguiente izuku asistió a la escuela, igual tarde pero no se pasó ninguna de sus clases.

Había estado pensando más a fondo, y se le hacía absurdo sus propios pensamientos al ver a katsuki y al recordar ese tema que le molestaba, también se le hacía completamente absurdo que se sonrojara cada que lo miraba en algún lugar.

Esto lo va volver loco en algún punto.

Loco de amor..  respondió su lobo interior, cosa que hizo que izuku negara y se sonrojara, alertando a sus alumnos los cuales estaban anotando algunos problemas en su cuaderno, ya que no todas las clases de educación física serían solamente entrenar afuera, izuku tenia que enseñarles algunas cosas sobre combates, rescates y así, por lo cual estaban dentro del salón, tranquilos, hasta que su profesor se agito rápidamente.

Lo miraron con confusión pero lo ignoraron al verlo revisar su teléfono mientras volvía a ser de su color normal.

Cuando su profesor esté más calmado le preguntarían el por qué de su nuevo actuar.

Aunque algunos ya tenían una respuesta, y tan equivocados no estaban.

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Katsuki desde hacia un tiempo veía que su profesor de combates estaba más distante específicamente con él, y no es como si fueran muy unidos, pero si pedía la ayuda de izuku él simplemente le respondía que no podía en ese momento o que Makoto iría en un rato para ayudarle. Pero hasta ahí, con sus demás compañeros les ponía atención de inmediato y a él muy apenas le miraba.

Eso de alguna manera desanimaba a su omega, aunque no le daba tantas vueltas al asunto.

Entro al salón y se dirigió a su asiento correspondiente, esperando la próxima clase de su profesor, ese que le roba mucho de su tiempo al pensar en él.

— ¡Buenos días, chicos! – saludo Midoriya entrando al salón. Ya era habitual ver al maestro en ropa simple y no siempre en su traje, es por eso que no dijeron nada sobre su nuevo estilo: unos tenis Nike Blancos con negro, unos pantalones holgados negros y una playera blanca sin mangas con una sudadera negra encima.

— ¡Buenos días, Midoriya-sensei! – respondieron en coro, todos menos katsuki quien no respondió, pero izuku no dijo nada, es más, ni se inmutó.

Katsuki miraba con atención la vestimenta de su profesor, y la verdad no le quedaba nada mal, de hecho la camisa blanca sin mangas remarca toda la figura del peliverde.

Izuku se sentó y buscó en su teléfono la actividad mientras sus alumnos sacaban sus cosas por ejemplo; las plumas, la libreta y así.

Pasó tranquila su hora, el trabajo no era complicado y lo terminaron rápido, por lo que se quedó a platicar con quienes ya habían terminado.

— Midoriya-sensei – llamó una de sus alumnas. — A usted, ¿Le gusta alguien? – pregunto mientras los demás ponían su atención en izuku, curiosos por lo que diría, incluyendo a katsuki.

— ¿Hah? ¿A qué viene esa pregunta, joven jirou? – respondió con otra pregunta.

— Es qué sus actitudes muestran eso. ¿O estoy equivocada? – miro a su maestro, expectante.

— Eh, b-bueno no lo sé.. – hablo nervioso mientras a su mente llegaban recuerdos del cenizo.

— ¿Entonces si? – preguntó con los ojos en grande, sorprendida.

Famoso Héroe apuesto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora