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Fiesta de Dragones

Tres meses después del inolvidable viaje de reyes, la vida de Blitz y Stolas había regresado a su ritmo habitual. Sin embargo, una invitación especial llegó a su mansión, causando una gran emoción. El padre de Blitz, el Rey Buckzo, había decidido organizar una fiesta para la especie de dragones de la lujuria, un evento de gran importancia en su reino, y habían sido invitados a traer a sus parejas.

Blitz recibió la invitación con una mezcla de emociones. Aunque no siempre había tenido la mejor relación con su padre, este evento era significativo y sentía la obligación de asistir. Además, la oportunidad de mostrar a Stolas más de su mundo lo emocionaba.

"Stolas, mira esto," dijo Blitz, mostrando la invitación a su esposo. "Mi padre está organizando una fiesta. Será una gran reunión de nuestra especie. Y podemos llevar a nuestras parejas."

Stolas tomó la invitación y leyó con interés. "Parece una ocasión importante. ¿Estás emocionado?"

"Sí y no," admitió Blitz, suspirando. "Las cosas con mi padre siempre son complicadas. Pero quiero que vengas conmigo. Quiero que veas este lado de mi vida."

Stolas sonrió y tomó la mano de Blitz. "Por supuesto que iré contigo. Estoy seguro de que será una experiencia interesante."

Cuando llegó el día de la fiesta, Blitz y Stolas se prepararon con esmero. Blitz optó por un traje negro con detalles dorados, mientras que Stolas se puso una elegante túnica con tonos de azul y plata, resaltando sus ojos brillantes.

Al llegar al palacio del Rey Buckzo, fueron recibidos por un despliegue impresionante de luces y decoraciones. El ambiente estaba cargado de energía y sensualidad, característico del reino de la lujuria. Los dragones, en su forma humana y verdadera, se movían con gracia y elegancia, sus escamas brillando bajo la luz.

"Es... impresionante," murmuró Stolas, tomando la mano de Blitz mientras caminaban hacia el salón principal.

"Sí, lo es," respondió Blitz, apretando suavemente su mano. "Vamos, quiero presentarte a mi padre."

En el centro del salón, rodeado por sus cortesanos y guardias, estaba el Rey Buckzo, un imponente dragón con una presencia magnética. Al ver a Blitz y Stolas, una sonrisa se dibujó en su rostro.

"Blitz, hijo mío," dijo Buckzo con voz profunda, extendiendo los brazos. "Me alegra que hayas venido."

"Padre," respondió Blitz, abrazando a Buckzo brevemente. "Te presento a mi esposo, Stolas."

Buckzo estudió a Stolas con ojos evaluadores antes de sonreír. "He oído mucho sobre ti, Stolas. Bienvenido a nuestro reino."

"Es un honor conocerlo, su majestad," respondió Stolas con una ligera inclinación de cabeza.

La fiesta continuó con música, bailes y banquetes. Blitz y Stolas se mezclaron con los invitados, disfrutando de la compañía y la atmósfera. La tensión inicial entre Blitz y su padre se fue disipando a medida que la noche avanzaba.

Sin embargo, Stolas no sabía que su propio padre, el Rey Paimon, también había sido invitado por el Rey Buckzo.

Mientras Blitz conversaba con algunos dragones, Stolas sintió una mano firme en su hombro. Se giró y se encontró cara a cara con su padre.

"Padre," dijo Stolas, sorprendido. "¿Qué estás haciendo aquí?"

"He sido invitado por el Rey Buckzo," respondió Paimon con una sonrisa. "Parece que nuestros hijos han forjado una conexión importante."

La sorpresa de Stolas se desvaneció, y una sonrisa apareció en su rostro. "Sí, lo han hecho."

"Es un placer conocerlo, Rey Paimon," dijo Blitz, acercándose y extendiendo la mano. "Soy Blitz, esposo de Stolas."