CAZANDO AL CAZADOR.

243 36 2
                                    

Me encuentro en el Mystic Grill junto con Damon y Stefan, hasta ahora el Grill ha sobrevivido el tenernos a Damon y a mi juntos por demasiado tiempo.

—Han pasado dos días...—Damon bebe su bourbon y después deja el vaso sobre la barra —. Dos días y no ha pasado absolutamente nada.

—Debemos de tener paciencia —responde Stefan.

—La paciencia no va conmigo hermano.

—Pues debería —le digo al vampiro —. Así que trata de controlarte Damon.

—Esté plan es estúpido.

—El estúpido eres tú —volteo hacia él y ambos cruzamos nuestras miradas —. No podemos hacer tonterías en esto Damon, debemos de ser inteligentes.

—Ese vampiro no vendrá hacia nosotros él...

—Buenas noches —la voz del original se oye a nuestras espaldas.

Damos la vuelta y Mikael aparece.

—Olviden lo que dije —comenta Damon.

—Tú debes de ser el tercer hermano Salvatore —Mikael observa a Damon.

—De hecho soy el primero, el tercero es Ezra.

—A mis oídos han llegado los rumores de que ustedes han podido controlar a Klaus.

—¿Rumores? —cruzo los brazos.

—Los he mantenido vigilados estos días, en especial a la doppelganger. De su boca escuche que ahora se siente demasiado tranquila ya que los grandes hermanos Salvatore han encontrado la manera de controlar al bastardo de Klaus —dice —. Admito que me siento demasiado impresionado, quién diría que tres simples vampiros iban a poder con un monstruo como lo es Klaus.

—Pues gracias —le respondo —. No aceptamos fotografías ni entrevistas.

—Quiero que me lo entreguen.

—No —dice Stefan.

—¿No? Creí que querían deshacerse de él.

—Y lo hicimos —le digo —. Lo encerramos muy bien.

—El estar encerrado no es suficiente para él. Tiene que morir.

—Hasta aquí se siente el amor paternal —comento.

—¿Dónde está?

—En un lugar —le dice Damon.

—No lo vamos a entregar —dice Stefan —. Así que no intentes nada, podemos usar la misma cosa que usamos con Klaus contigo sin problemas.

Mis dos hermanos se retiran y me dejan a solas con Mikael.

—Se nota que ellos son los tontos de la familia.

—Tienes razón.

—¿Por qué protegen a Klaus?

—Ellos lo protegen, yo no —respondo —. Desdé que regrese al pueblo lo único que he obtenido son problemas gracias  Klaus. Quiero que eso se termine, quiero olvidar absolutamente todo.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Te daré a Klaus, no lo quiero seguir viendo.

—¿Y tus hermanos?

—Ellos se pueden ir al infierno, hago lo que quiero —le respondo al original —. El trato es esté... te daré a Klaus, lo matas y después despareces de mi pueblo. Todos ganamos en esto Mikael.

EL TERCER SALVATOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora