Muchos mensajes

170 22 0
                                    

Una semana después, Jisoo ya se sentía bien y pudieron ir a la feria donde Rosé ganó un peluche en forma de oso para su novia. Ahora en estos momentos ella estaba acompañando a Jisoo al instituto mientras comían golosinas.

—¿Vas a venir por mí? —preguntó la pelinegra.

—No creo poder, hoy tengo que quedarme hacer un proyecto en la universidad —respondió triste.

—No te preocupes, Rosie. Puedo ir en la tarde a tu casa a visitarte —propuso con una sonrisa.

—Me encanta la idea, voy a salir de la escuela como a las cuatro si quieres ven a mi casa a las cinco —sonrió.

—Está bien, cariño. Estaré a las cinco en tu casita —besó la mejilla de su novia.

Llegaron al instituto donde estudiaba Jisoo y se detuvieron en un poste.

—No quiero ir... Es muy aburrido estar soportando al maestro de física, no le entiendo nada —se quejó Jisoo con un puchero.

—Cariño —iba a seguir hablando pero la menor la interrumpió.

—Soo, soy Soo.

Rosé sonrió con ternura.

—Soo, tienes que asistir a la escuela y no te preocupes yo te puedo ayudar en física si quieres —habló la rubia.

—Está bien —soltó un suspiro—. Dame mi besito antes de entrar —hizo una pequeña 'trompita'.

Rosé besó los suaves labios de Jisoo. Amaba los besos con su conejita, ya fueran simples roces o un beso más apasionado.

Se separaron y la pelicastaña sonrió.

—¡Adiós, Rosie! —corrió hasta la entrada del instituto.

Vio como la menor pasaba su credencial por una máquina para que le dieran acceso a entrar y luego la perdió de visita cuando caminó más adentro.

.
.
.
.
.

—Lisa, ¿en serio no cogiste mi teléfono? —cuestionó asustada la rubia.

—Ya te dije como tres veces que no. Ni quién quiera tu puerco teléfono con miles de números de chicas —respondió comiendo un chocolate.

Rosé volvió a sacar todas sus cosas de su mochila para volver a revisar correctamente. Al ver que no estaba en su mochila, en su casillero, bolsillos ni en su mesa empezó a recordar la última vez que lo cogió.

¡Su sudadera! Ahí lo guardó, pero... Justamente en esos momentos Jisoo llevaba su sudadera y es porque en la mañana hacía mucho frio y su conejita no estaba bien abrigada, así que le dio su sudadera.

Dios, estaba muerta si Jisoo veía sus conversaciones. Aunque no lo creía ya que Jisoo es alguien que respeta su privacidad y las veces que a agarrado su teléfono solo es para jugar, nunca se mete a sus redes sociales, chats, ni nada por el estilo.

—¿Ya le dijiste a tu novia que eres un fuckgirl retirada? —cuestionó Lisa.

—Todavía no... No he encontrado el momento adecuado para decirle —respondió.

—Entonces por eso buscas tu teléfono como loca, por miedo a que se entere
de la verdad de otra manera. ¿Verdad?

—Cállate, Lisa.

—¿Cuándo me vas a presentar a tu novia? Soy tu mejor amiga y aún así nunca me lo has presentada, eres muy mala con tu unnie —habló fingiendo tristeza.

—Muy pronto te la voy a presentar... Solo que me da pena, nunca antes había estado en una relación seria —respondió

—¿Entonces si eres una fuckgirl retirada?

La fuckgirl está ¿enamorada? || ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora