¡Viernes de hornear cupcakes!

177 25 1
                                    

Rosé salió de la universidad con Benjamín siguiéndole el paso.

—¿Estás segura de no asistir? Habrá muchas chicas bonitas, alcohol y mucha diversión habló el chico.

—Suena divertido, pero ya tengo planes. Adiós se despidió y se subió al autobús que la dejaba cerca de su casa.

Sacó su teléfono para llamar a su novia y avisar que tardaría en llegar más o menos en unos treinta minutos.

Rosie, ¿Pasó algo?

Nada malo, cariño. Solo quiero avisarte que voy a llegar en unos treinta minutos.

Está bien, Rosie... Mientras estaré preparado el colchón inflable y las mantas.

De acuerdo, Soo. Te veo al rato... Te amo.

Yo también te amo, Rosie.

Terminó la llamada y fue a su casa a preparar su mochila con las cosas necesarias para la pijamada que había organizado su novia.

.
.
.
.
.

—Rosé dijo que llega en cinco minutos, madre —avisó.

—Está bien, cariño su madre subió las escaleras para irse a acostar con su padre.

—Dile a papá que no tiene nada de qué preocuparse... Rosie es una buena persona —habló Jisoo

—Él lo sabe hija, solo que ya sabes cómo es tu padre. Es muy sobreprotector —sonrió cálidamente—. No hagáis cosas indecentes y no os durmáis tan tarde.

—No haremos nada malo —respondió con un sonrojo.

Su mamá ríe y se fue de ahí.

Cinco minutos más tarde el timbre sonó, Jisoo fue casi corriendo a abrir la puerta.

—Rosé, que bueno que llegaste —abrazó a su novia y tiró de su brazo para que se adentrara a la casa, cerró la puerta y giró a mirar a Rosé.

—Conejita, me tardé un poco porque el autobús no pasaba —observó a Jisoo, la cual ya portaba su pijama. Se veía muy tierna...

—No te preocupes, Rosie. Lo bueno es que ya estás aquí —se paró de puntitas para dejar un beso en la mejilla de la contraria.

—¿Qué haremos? —preguntó sacando de su mochila una bolsa de gomitas y se las dio a su novia, la cual las cogió muy feliz.

—Desde hoy todos los viernes serán de... ¡Hornear cupcakes! —dio pequeños brinquitos

—Soo, yo no sé hornear cupcakes —avisó.

—No te preocupes, yo te enseñaré —dijo con una sonrisa—. Si quieres ve a la habitación a ponerte tu pijama mientras yo voy sacando los ingredientes.

—Está bien, conejita —subió las escaleras para ir a la habitación de la menor.

Se adentró a la habitación, dejó su mochila en el piso y empezó a sacar su pijama de dos piezas, esa que había comprado junto con su novia la semana pasada en el centro comercial, era un dúo de pijama para pareja y que Jisoo insistió en comprarla especialmente para su primera pijamada como pareja. Anteriormente cuando se estaban conociendo también habían hecho pijamada de vez en cuando.

Retiró su ropa hasta quedar en ropa interior, primero se colocó el pantalón algo holgado de la pijama con estampado de patitos. Cuando iba a colocarse la camisa escuchó sonar su teléfono, soltó un suspiro y busco el teléfono en su mochila, lo sacó y sin ver quién era contesto.

—¿Quién es? —preguntó

Rosé, soy yo. Harry, ¿No me conoces?

Ah sí. ¿Qué necesitas?

Estoy en la fiesta de Olivia y la mayoría de las personas dicen que no vas a venir, ¿es cierto?

Es verdad, no pienso ir.

—¿Park Roseanne? ¿Eres tú?

—¿Solo llamaste para eso? Si es así, voy a colgar

—¡Espera! No cuelgues, solo una cosa más. ¿Qué estás haciendo o dónde estás?

Eso es algo que a ti no te interesa, Harry.

Solo es curiosidad... Antes nunca faltabas a ninguna de las fiestas de Olivia y ahora de la nada no quieres venir.

Escucha Roberts, me gustan las fiestas de Olivia y me encantaría estar ahí, pero justo en estos momentos me estoy divirtiendo. Adiós

Terminó la llamada y se colocó la camisa de manga corta que tenía un estampado de patito en el pecho. Cuando iba a salir de la habitación vio a Jisoo parada en la puerta con la cabeza gacha.

—Soo... —dijo bajito

—Sin querer escuché tu conversación... Lo siento —jugó con sus dedos

—¿Por qué te disculpas? —cuestionó acercándose a la menor para abrazarla.

—Dijiste que te encantaría estar en una fiesta de una tal Olivia, sin embargo estás aquí conmigo —contestó.

—Chu, no te voy a mentir. Antes de conocerte me la pasaba en fiestas pero ahora solo quiero estar contigo y eso me hace muy feliz, el simple hecho de estar contigo me pone feliz. Así que no te sientas mal ni te disculpes, mejor hay que ir a hornear cupcakes —habló con una sonrisa.

Jisoo asintió feliz

—Rosie, hay que hablarnos siempre con la verdad —sonrió—. Prométeme que no me ocultas nada —miró a los ojos de Rosé mientras extendía su dedo meñique.

Y ahí estaba el problema, Rosé si le ocultaba algo a Jisoo. Nunca le comentó que ella es... Bueno era una fuckgirl que tenía sexo con diferentes chicas todos los días y que sus antiguas relaciones que tuvo solo eran por apuestas o por simple diversión. Nunca le dijo nada por temor a que Jisoo no la aceptará y ahora que por fin eran pareja no le podía decir, ¡Jisoo terminaría con ella!

—Te lo prometo  —enganchó su meñique con la contraria.

.
.
.
.
.

—Pruébalo —le dijo Jisoo, la pelinegra probó el Cupcake.

—Sabe delicioso, eres la mejor en la cocina —halagó

—No digas eso, Rosie —cubrió su cara roja.

—Pareces un tómate —se burló de su novia—. Un tierno tómate

—No te rías —hizo un puchero.

—Ok, ya no me burlo —besó la mejilla de Jisoo.

—Ahora que horneamos cupcakes hay que ver una película en mi cuarto mientras los comemos —sugirió la menor.

—Me parece una fantástica idea.

Ambas se pusieron a limpiar la cocina, juntas lavaron los trates que utilizaron, pusieron los cupcakes en un plato para llevárselos a la habitación. Miraron una película juntas pero a mitad de la película Jisoo quedó dormida, así que Rosé apagó la laptop, la puso en el escritorio de la menor después cobijo muy bien a su pequeña, dejo un pequeño beso en la frente de la menor y finalmente ella se acomodó en el colchón inflable que estaba en el piso, no era incómodo al contrario era suave, se cobijó y cayó dormida.

En la mañana se despertó y a su lado estaba Jisoo, la movió para despertarla.

—Conejita... ¿Qué haces aquí? Deberías estar en tu cama habló, viendo cómo su novia abría lentamente los ojos.

En la madrugada tuve una pesadilla, así que me vine a dormir contigo.

—Soo... besó los labios de Jisoo.

Desde hoy, Rosé adoraba los viernes y no precisamente por las fiestas que su amiga organizaba. Ahora los viernes ya no son de ir a fiestas, ahora son viernes de hornear cupcakes.

La fuckgirl está ¿enamorada? || ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora