¡Chica pelinegra!

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Hoy iniciaba una nueva semana y Park no estaba lista para iniciarla pero recordó que hoy en la noche iría a la feria con su conejita. Sus ánimos se levantaron en cuestión de segundos y se preparó rápido para ir a la universidad.

Una vez ya lista, salió de su casa rumbo a la universidad, cuando llegó vio a los alumnos ir de aquí para allá, otros conversando y uno que otro sentado en las bancas. Entró y se dirigió a su casillero para sacar su libro de Inglés, lo saco y cerró su casillero. Luego fue hacia la cafetería donde estaría su unnie comiendo o charlando con Alejandra.

En el trayecto su teléfono empezó a sonar en su bolsillo, lo saco y sonrió en grande al ver quién era.

—Conejita, ¿cómo estás?

Rosie estoy bien, ¿tú estás bien?

Sí ¿Para qué llamaste? ¿Ocurrió algo?

¡Ah sí! Quería desearte un buen día en tu universidad y recordarte nuestra salida en la noche

A las 8 paso por ti, ponte más linda de lo que ya estás.

Me pondré muy linda, Rosie.

Conejita ya me tengo que ir, te amo.

Te amo más, Rosie. Adiós

La llamada terminó y Rosé seguía con esa tonta sonrisa que no se fijó que Talia venía caminando hacia su dirección, ambas iban distraídas y chocaron, el teléfono de Park cayó al piso dejando a simple vista su fondo de pantalla donde salía Jisoo sonriendo.

—Lo siento, Talia —se disculpó.

La chica de pelo castaño claro, se agachó para recoger el teléfono de la contraria y no evitó ver el fondo de pantalla.

—No te preocupes, yo tampoco me fijé —le dio el teléfono al contrario—. Adiós

La chica salió casi corriendo, tenía que contarles esto a sus amigas.

—¡Chica pelinegra y con mejillas grandes! ¡Chica pelinegra y con mejillas grandes ! —gritó al ver a sus amigas sentadas.

—¿Qué te sucede ? —preguntó una rubia.

—¿Cuál chica pelinegra? —cuestionó otra.

—Hace rato choqué con Park, su teléfono se cayó y yo lo recogí... En su fondo de pantalla tenía a una chica pelinegra y de mejillas regordetas —habló

—¿Estudia aquí? —preguntó la rubia parándose de la silla.

—Nunca la he visto, así que tal vez no estudie aquí.

—Tranquilas, de seguro solo es su hermana menor o algo  —comentó la peligris.

—Cierto, no creo que Park esté enamorada de alguien —soltó una risita.

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—Seulgi... Me siento mal —dijo con su cabeza recostada en la mesa.

—¿Qué te duele?¿la panza?¿la cabeza? —interrogó acercándose a su amiga.

—Me siento mareada —contestó.

La pelirroja tocó la frente de su amiga y estaba ardiendo en fiebre.

—¡Por dios Jisoo! Deja voy a buscar a la enfermera —salió corriendo rumbo a la enfermería.

Jisoo solo se quedó recostada preguntándose el porqué le había dado fiebre, en la mañana no se sentía mal. Ah cierto, el día de ayer se estuvo mojando en la lluvia ignorando a Rosé la cual le decía que se enfermaría si seguía mojándose.

Después de una hora y media, Jisoo ya estaba en su casa descansando con unos pañuelos húmedos sobre su frente para bajar un poco la calentura.

—Hija, me tengo que ir al trabajo. Tu padre está en un viaje de negocio y yo tendré que recuperar las horas... ¿Crees que tu novia te pueda venir a cuidar? —preguntó nerviosa.

—¿Rosie? Sí, sí, si... Llámala —habló con un tono débil.

La señora Kim agarro el teléfono de su hija y llamó al contacto de 'Rosie 🐿💗'

¿Soo que pasó? Estoy en clases...

Rosé, soy la madre de Jisoo.

Oh. Hola señora Kim, ¿le pasó algo a Soo?

Tiene un resfriado y yo me tengo que ir a trabajar y su padre no está aquí en Los Ángeles. ¿Crees que terminado tu horario de clases puedas venir a cuidarla?

Claro que sí, señora Kim. El maestro de inglés está faltando por cuestiones personales y no está viniendo así que solo me falta una hora para salir.

Muchas gracias, Rosé. Entonces te dejo, dejaré la puerta cerrada pero hay
una llave escondida en una maceta artificial del lado derecho.

No se preocupe, señora. Cuidaré muy bien a su hija.

Gracias, Rosé. Adiós.

Adiós.

Terminó la llamada, dejó el teléfono en la cómoda y vio a su hija dormida una última vez antes de irse.

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Rosé llegó a la casa de Jisoo, abrió la puerta, se quitó las zapatillas y se puso unas pantuflas.

Subió a la habitación de su novio con rapidez y se adentró a ella.

—Chu... —llamó y su novia que seguía dormida—. Voy a cambiarte el pañuelo.

Cambió el pañuelo y estuvo sentada en la silla del escritorio observando a su novia, cada diez minutos cambiaba el pañuelo y dejaba un beso en la mejilla de Jisoo.

—Rosie... —habló Jisoo casi en un susurro.

—Conejita, ¿Cómo te sientes? ¿Mejor o peor? —cuestionó preocupada.

—Un poco mejor... Pero ya no podremos ir a la feria —hizo un puchero—. Y todo por mi culpa.

—No Soo, no es tu culpa —dejó un beso en la mano de Jisoo—. Podemos ir otro día a la feria, lo importante es que estés bien.

—Rosie, ¿Me puedes dar un besito?  —hizo una 'trompita' con su labios.

Rosé ríe y besa los labios de Jisoo, estuvieron besándose un buen rato y ninguna quería separarse pero lo tuvieron que hacer por falta de aire. La pelinegra tenía sus mejillas rojas al igual que Rosé.

—¿Te puedes acostar conmigo aquí en la cama? —preguntó.

—¿Estás segura? —miró a Jisoo.

—Segura —Rosé se acostó a lado de Jisoo y ambos se cobijaron. Poco después las dos se quedaron profundamente dormidas.

La señora Kim llegó a su casa después de tres horas, subió a la habitación de su hija para ver cómo estaba.

Sonrió en grande y con ternura al ver a su hija junto con su novia dormidas, se veían tan tiernas así, que fue inevitable no tomar una fotografía de esa bella escena, cerró la puerta para irse a su habitación a cambiarse.

La fuckgirl está ¿enamorada? || ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora