/XXVI/

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Twenty six: Monsters.

Le he dado muchas vueltas al asunto y es momento de que mis amigos sepan que no soy completamente heterosexual. Creo que merecen saberlo. Después de todo, ellos no me juzgarán por esto, y si lo hacen es porque no son mis verdaderos amigos.

Me fui a la escuela con la frente en alto. No hablaría hoy. Necesito planearlo. Bueno, en realidad no. Pero, así soy yo.

Y la queso.

Bellísimo.

Llegué a la escuela con una sonrisa, aunque no tenía motivos para estar feliz. Simplemente lo estaba. En fin, cositas. Estoy muy loca.

Desde lejos vi a mis amigos. No me apresuré, pero mi paso no era muy lento tampoco. Tomé aire.

Karla fue la primera en verme. Formé un corazón con las manos para ella. La chica sonrió, haciendo que yo también lo hiciera. Me acerqué más a Doña Risitas y le di un gran abrazo. Casi nos caemos por mi culpa.

—Wow, ¿por qué tan feliz, mi querer? —cuestionó—. Si se puede saber, claro.

—No, no se puede saber. —Solté una risita.

Ella se cruzó de brazos, simulando estar molesta. Me dió un ataque de ternura. La abracé y le di besitos en las mejillas, sin embargo, se me fue la mano —bueno, la boca— cuando le mordí el cachete.

—Te amo, joder.

Le di un último beso.

—¿Y a mí no me vas a saludar? —Me llegó la voz de Tell.

Sonaba falsamente molesta. Ella siempre hace eso cuando tardo en saludarla o la dejo de última. ¿Stella no sabe que la quiero muchísimo?

—Claro que sí, mi amor —respondí.

La abracé con fuerza y sentí que me iba a caer ya que Tell no dejaba de movernos a ambas de un lado a otro. Por suerte, no nos caimos.

—A mí es al que nadie saluda.

—Ah, hola, Saúl. No te había visto. —Sonreí con nerviosismo.

Es negro y no lo ven, que humillación.

Oso me miró con mala cara. Le di unos golpecitos en el hombro como disculpa y él negó con la cabeza. Toqué su cabello rizo a modo de muestra de afecto y me senté junto a él.

Estuvimos los cuatro juntos por un buen rato, charlando hasta que la primera campanada del día resonó por toda la escuela. Era el momento de formar para todos los estudiantes.

Nos dirigimos a la formación. Unos diez minutos después todo había terminado y entramos a las aulas.

Así pasó un aburrido día de clases como otro cualquiera, aunque haya sentido y visto cosas que en realidad no estaban ahí. Pero, bueno, esas cosas pasan.

La noche cayó bastante rápido el día de hoy. Me dirijo al baño, la verdad es que es muy tarde para bañarme, sin embargo, no me queda de otra. Son más de las 10:00 y yo aún no me he bañado.

Ni lo haré tampoco.

Sólo las partes importantes, ¿verdad?

Sí, sí, claro.

Bueno, tú me obligaste.

Entré al baño y paré en seco antes de cerrar la puerta. Sentía como si alguien me estuviera mirando. Me volteé. Las luces de la sala y de las habitaciones estaban apagadas. No había nada.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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