/IV/

29 18 10
                                    

Four: Let's go!

Han pasado varios días desde... Bueno, ya saben desde qué. Todavía me parece extraño. Es que no lo esperaba, entiéndanme. Y en cuanto a lo otro, pues aún sigo avergonzada.

Entre Daniel y yo no ha pasado nada más.

Creo que es mejor así.

O tal vez no.

—¿Y si nos vamos un rato al parque hasta las 3:00 de la tarde?

La voz de Stella me hace caer en la realidad.

Vale, estoy caminando a mi casa junto a mi vecino y mi mejor amiga después de la sesión de la tarde. Nos dejaron irnos antes porque terminamos antes. ¡Genial!

La miro con curiosidad. Es una pé...

¡Buenísima idea!

Iba a decir pésima idea, conciencia.

Bueno, no importa. Vamos, pliiiis.

—Por mí está bien —dijo Dan, sonriendo, cruzándose de brazos.

Un momento, ¿Dan? ¿Desde cuándo le digo Dan a Daniel?

Pues, qué importa.

—Ilea, ¿vas o no? —El tono de Tell es insistente.

—Bueeeno. —Rodé los ojos y suspiré con hastío—. Está bien, vamos. Pero, no nos tardemos mucho.

—¡Yeii! —exclamó Stella al mismo tiempo que daba un salto de felicidad.

Mi cara y la de Daniel decían: "Está loca", muy claro.

Y así, sin más nada que decir, partimos rumbo al parque. No quedaba muy lejos de la escuela, eso es lo importante.

En dos o tres minutos ya estábamos allí. Es un parque viejo. La entrada es una puerta con vallas metálicas que siempre está abierta. He pasado por aquí antes.

Hay tres tipos de aparatos para divertirse allí. Columpios. Uno que es para dos personas, baja un lado, sube otro y así sucesivamente. El último es una rueda con tubos para aguantarse, si te quieres marear, ese es el aparato perfecto ya que da vueltas —siendo impulsado por alguien—.

Un rato después llega Léster, un amigo de Daniel que está en nuestra aula. Saluda a todos y se sube a uno de los columpios. Más tarde lo hago yo.

El viento al columpiarme juega con mi cabello. Siento el aire en mi rostro. Cierro los ojos. Me siento libre. Me siento como si fuera una niña pequeña de nuevo. Es una sensación que me hace sentir completa, plena. Sólo estoy en un columpio y siento todo esto.

Me impulso más y llego alto.

Abro los ojos, me saco un susto tremendo al ver a Dan delante de mí. Él se ríe. Se ve como un puto dios.

Ruedo los ojos, él se aparta.

Stella y yo subimos a los demás aparatos mientras que Daniel se quedó hablando con Léster.

∆∆∆

Ya hemos ido al parque varias veces. Es muy divertido en realidad. Estar aquí es romper las reglas. Estoy rompiendo la regla de: Ir directo a casa siempre que terminen las clases.

Cada vez que toca sesión en la tarde y terminamos antes de las 3:00 pm, Tell, Dan y yo nos vamos al parque.

Ahora estamos aquí, sentados en una banca. Meloh y su mejor amiga —ellas dos son el clásico par de blanca y morena—, que se llama Sulem, en esta ocasión se unieron a nosotros.

Esas dos andan en sus mundos virtuales con el celular y cada rato se muestran cosas en sus teléfonos la una a la otra. Creo que tiene que ver con chicos.

Dios me libre de estar así algún día.

Lo mismo digo, conciencia linda.

—Un momento —digo, observando un Lada rojo vino que va por la esquina del parque—, ¡¿ese es mi tío?!

Mierda. Para rematar está con mi tía.

¡Alarma! ¡Alerta Roja! ¡SOS!

Pienso rápido por primera vez en la vida. Me escondo detrás de un árbol en donde no me verán.

Daniel se esconde también porque lo conocen y claramente le preguntarían por mí.

Tell se queda confundida. Le explico lo que pasa mientras salgo detrás del árbol.

—A las 3:00 me voy —enuncié con pánico.

¿Y si me habían visto? ¿Y si se lo dicen a mis padres? Estoy muerta. Me van a quitar el móvil. Posiblemente me alejen de Stella. Nunca más la veré. Me cambiarán de colegio. ¡Y no tendré vida social nunca más!

Ileana...

Jamás de los jamases me dejarán salir. Quizás me pongan un guardaespaldas que me vigile todo el tiempo y me obligue a ir de la casa a la escuela y de la escuela a la casa. ¡Ay, no! ¡Mi vida está acabada!

¡ILEANA RUBÍ MONSERRAT, CÁLMATE AHORA MISMO PORQUE ME ESTRESAS Y A LO MEJOR NI TE VIERON!

Vale, vale, ya me calmo. No grites que me das dolor de cabeza.

—Ilea, no seas así. —Stella habla pasivamente.

—Sabes que no me puedo arriesgar. Si me arriesgo, perderé, y yo no soy de esas que pierden —explico, alterada—. Además, ¿y si vuelve? Podrían decirle a mis padres que estaba aquí y ahí sería mi fin. No me arriesgaré. Y si tú no te vas pues me iré sola.

—Está bien, Ileana —interviene Dan—. Nos iremos cuando tú digas.

—Gracias, Daniel. —Muestro preocupación.

—Nosotras nos vamos ya —informó Meloh, levantándose junto a Sulem.

Esta última no habla mucho. Cuando lo hace es extremadamente bajo, casi ni se escucha. Es muy tímida.

Y pensar que así era mi persona en la primaria, con la diferencia de que yo nunca hablaba excepto cuando era realmente necesario porque la profesora me ordenaba responder algún ejercicio.

No tenía amigos, todos me caían mal. Los odiaba. Tuve una amiga o dos, que sólo eran mis amigas para copiar mis respuestas de ejercicios o algo así.

En aquel entonces creía que la amistad era algo falso —además de que siempre lo escuchaba en casa desde que era pequeña—, luego conocí a Tell y el concepto cambió.

La amistad sí existe y es maravillosa, tanto que hasta puede salvarte.

Al llegar a casa, nadie me dice nada. Actúo normal, como siempre. Al parecer no saben nada. Me relajo.

Eres una exagerada, tanto desmadre para nada.

De igual forma no me puedo arriesgar. Valoro mucho mi vida. Por lo tanto, a partir de hoy y después de esto iré menos al parque. Será un bonito recuerdo, no lo niego, pero, tengo miedo de que me descubran.

De verdad. Tengo miedo de que lo descubran. Quizás exageré. Aunque, traten de entenderme, rompí las reglas y eso siempre trae consecuencias. Para ser sincera, no estoy lista para afrontar las consecuencias de algo que hice, tal vez eso sea porque nunca he tenido que hacerles frente y no precisamente por buena chica.

Pienso que soy una mala hija. Estoy traicionando la confianza de mis padres. Bueno, ellos no confían en mí, así que no los traiciono. ¿O tal vez sí? Ay, no lo sé. Mejor dejo de pensar en el tema ya que eso será peor.

THE LAST KISSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora