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Era lunes por la mañana y en el castillo de Encantia se podía sentir el aire pesado y melancólico al saber de la desaparición de la mascota de la princesa Amber, Praline, incluso habían recibido un mensaje de la princesa Vivian de Zumaria diciendo que Crackel también había desaparecido, por demás que Sofia se había fijado que Clover no estaba en el cojín que tenía en su habitación como siempre y tampoco estaba con Mia o Robin o en el huerto que había hecho para él, así que les pidió que por favor lo buscarán. En resumen muchas noticias malas en una sola noche, a todos se les había hecho difícil dormir pero los príncipes de Albuquerque debían levantarse temprano para alcanzar el carruaje que los llevaría a su reino y luego irían a la escuela, aunque al ver a sus princesas en aquel estado no les provocaba ir a clase y a ellas menos pero sus padres a pesar de comprenderlos no dejarían que faltarán a clases, su educación estaba primero.

El príncipe Axel serraba su equipaje con un aire de desdén, le molestaba que su Amber tuviera que pasar por estas cosas, no podía olvidar sus ojos llenos de lágrimas, no, ella no se merecía esta desdicha.

Quería verla antes de irse, esa misma noche le había enviado un mensaje a su padre, contándole sobre lo sucedido y le rogó que pusiera a la guardia del castillo a ayudar a las de Enchancia y Zumaria para buscar a las mascotas pérdidas, Roland y Miranda se lo habían agradecido mucho, él solo les dijo que haría lo que sea por ver a Amber feliz y parecía que Roland le estaba dando el visto bueno con su hija mayor.

Salió del cuarto rumbo al de ella, toco la puerta y nadie respondió, toco de nuevo y escucho la voz de su princesa al otro lado permitiéndole pasar, al entrar la encontró todavía en piyama y en su cama pero no fue eso lo que le sorprendió, sin poder evitarlo se rió un poco tratando de ser discreto pero no le funcionó ya que ella le había dado una mirada de pocos amigos.

"¿Que es tan gracioso?" - le cuestionó enfadada.

"Perdón...perdóname es que...tu cabello está..." - respondió señalando su cabello.

Amber se miró en el espejo triple de cuerpo completo que poseía y quedo sin aliento al ver que su cabello estaba esponjado.

"No es gracioso, es normal que mi cabello se vea así después de dormir" - le reprochó mientras se lo acomodaba.

"Disculpa...pero aún así te vez hermosa" - la chica volteo a verle sorprendida y sonrojada - "Mi hermano y yo tenemos que regresar a nuestro reino pero no quería...irme...sin verte" - comentó apenado, es verdad que podrían encontrarse en la academia pero su necesidad de verla era más grande y no podía esperar.

Pudo sentir como su corazón latía fuertemente, cuánto quería sentir de nuevo sus brazos rodeándola en un abrazo fuerte y tener la libertad de besarlo pero él no la amaba a ella sino a Astrid y no podía entrometerse en el amor de dos personas, le dolía, le dolía y mucho y lo peor era que su querida mascota no estaba para hacerla sentir mejor.

"Y... ¿para qué querías verme?" - le preguntó.

"Me preocupaba como te sentías, descuida, estoy seguro de que Praline aparecerá pronto" - le había dicho con una sonrisa suave, su familia y ella eran lo más importante que tenía por lo que odiaba verlos sufrir.

La pena volvió a embargarla y sus ojos volvían a humedecerse de solo recordar que su amada mascota no estaba.

"Axel... ¿y si nunca...vuelvo a verlo?" - preguntó con la mirada gacha.

"Si lo harás, lo sé" - respondió con una sonrisa tierna, al tiempo que tomaba su mano derecha para luego soltarla a pesar de que no quería hacerlo - "Bueno, supongo que te veré en la escuela, hasta luego"

"Si, hasta luego" - pronunció con pesar mientras lo veía salir por la puerta, cuánto le dolía amar sin ser correspondida.

Aunque no tenía ánimos debía cumplir con sus deberes pero eso no significaba que dejaría de pensar en querido Praline, con un pesado suspiro se dispuso a prepararse para la escuela, obviamente no quería ir pero debía cumplir con su educación, ni siquiera cuando se convirtió en parte mariposa falto.

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