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El dicho dice, el que madruga Dios lo ayuda pero parecía que este no se aplicaba a él o tal vez, aquel ser omnipotente no quería sacarlo de su mala suerte; que él mismo se había provocado, todos decían que les perdonaba a buenos y malos sus pecados, siempre y cuando uno se arrepintiera de verdad y en serio estaba arrepentido.

Antes de dormir o de intentarlo, rezo todo lo que sabía, esperaba que por lo menos su mamá lo escuchara e intercediera por él ante Dios, para que Hugo y él volvieran a ser los hermanos de siempre, su padre lo perdonase y los demás igual, en una de estas llego a desear que todo fuera un mal sueño y al despertar todo sería como antes pero lamentablemente esta era su realidad y tenía que afrontarla.

Se encontraron en el pasillo, bajaron a desayunar al gran comedor y como era de esperarse su hermanito no le dijo ni los buenos días, solo lo miro con una cara de pocos amigos, claramente todavía estaba muy molesto con él, eso realmente lo desánimo y a pesar de que su padre les preguntaba a ambos si ya tenían todo listo para ir al castillo de la familia real de Encantia, con su acostumbrado animo, tratando de aligerar el tenso ambiente que se marcaba entre ellos, el peli negro no dio su brazo a torcer y solo se excusó con su progenitor, dio las gracias a los sirvientes por la comida y se retiró del lugar hacia su habitación para terminar de alistarse y esperar a que le avisaran cuando podían irse en el carruaje, en verdad lo estaba tratando como si no existiera.

"Me imagino que ya has pensado en algo para enmendar tu error, ¿verdad Axel?" - más que una pregunta era una orden, a lo cual este solo asintió casi sin ánimo, aún mirando por donde se fue Hugo.

Garrick, ya estaba más calmado con su hijo mayor pero aún le molestaba que haya sido tan inconsciente como para revelar todos los miedos y secretos que tenía su hermano frente a toda la escuela; sin embargo, sabía que Axel podía ser imprudente a veces pero nunca le haría daño a alguien, ni siquiera a su propia familia.

Aún recordaba el día en que nació.

Flashback

Fue la espera más larga y estresante de su vida, incluso más que la de Hugo, podía oír perfectamente los gritos de su esposa, a causa de los dolores de parto, que hacían eco por todo el lugar, lo cual solo lograba ponerlo más nervioso y asustado, el tiempo parecía ir lento y nadie le daba una respuesta de cómo se encontraba su mujer, hasta que finalmente una de las enfermeras se le acercó y le dijo que había sido un niño y que la reina estaba descansando en una habitación después de tantas horas en labor de parto, pregunto si podía verla y le dijo que sí.

Entro a la habitación y quedó maravillado con lo que vio, recostada sobre una cama de hospital estaba la mujer que había escogido para compartir el resto de su vida, su adorada Gea, con su largo y liso cabello castaño rojizo suelto y cayéndole como cascada por los hombros, su fino y delgado cuerpo visiblemente agotado por tanto esfuerzo, su hermoso rostro mostraba signos de cansancio pero también una bella sonrisa que mostraba alegría, acompañado de algunas lágrimas que salían de sus ojos verde oscuro, probablemente por ver aquel ser, envuelto en una manta, entre sus brazos.

Al percatarse de su presencia le hizo una señal con su mano para que se acercara y se sentará junto a ellos y él obedeció lleno de tanta emoción como ella.

"¡Gea, mi amor!" - le había dicho al robarle un beso amoroso, al cual ella respondió de la misma forma, para algunos se vería desarreglada pero para él no podía verse más hermosa.

"¡Oh, Garrick, mira, es un niño muy hermoso!" - le dijo muy feliz al separase, un bebé, su primogénito, un varón.

Lo miro y su corazón se derritió, casi le parecía irreal el hecho de que ambos habían formado a ese pequeño individuo que por algunos cabellos que sobresalían de su pequeña cabecita se podía adivinar que tendría el mismo color que el de ella, desde ese momento decidió que le enseñaría todo lo que sabía, fútbol, dazzleball, hockey, derby volador y muchos otros deportes.

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