Parte sin título 4

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Aunque vaya a hacer algo imprudente y arriesgado, no significa que irá sin un plan.

Las visitas a Azkaban están estrictamente prohibidas, solo oficiales del Ministerio tienen permitido visitar familiares o revisar las condiciones del lugar y prisioneros, su padre es alguien importante en el ministerio, su cargo es alto, pero los Malfoy no tienen ningún familiar ni asunto en Azkaban.

"Aunque padre es amigo cercano de Millicent Bagnold, la Ministra de Magia" — pensó

Ella es la clave del plan.

Pedirá por su búho real, los ingredientes para realizar la poción multijugos, tardará un mes en tenerla lista, durante ese tiempo, entrenará su aparición, es la forma más fácil y rápida de llegar a Azkaban, ya que se encuentra en una Isla, en medio del Mar del Norte, se podrá aparecerá en las afueras de esta.

Teniendo esto en cuenta, en un pergamino, hizo una lista de los ingredientes, y llamó a su búho real.

—Ven Ulises

El búho se posó sobre el escritorio. Draco lo acarició por un tiempo y amarró a su pata, el pergamino de los ingredientes.

—Ve a la tienda de Pociones y espera los ingredientes — ordenó y el búho salió volando

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Por la tarde, Draco se encuentra en su habitación descansando, falta una semana para que esté lista la poción. Ha perfeccionado su aparición y algunos hechizos de defensa y ataque, tiene que estar preparado para cualquier fallo en el plan.

Lo único que falta, es conocer a la Ministra, pero eso se resuelve fácilmente.

Se levanta de su cama y sale en busca de su padre, quien probablemente se encuentra en su estudio, pasa por algunos pasillos y sube unas gradas, hasta llegar al estudio.

Toca un par de veces la puerta, esperando un permiso para entrar

—Adelante — se escucha la voz de su padre

Abre despacio la puerta y entra — Padre

—Draco... ¿Qué deseas?

Draco se acerca hasta las sillas que están frente a su padre y se sienta en una de ellas. Su padre siguió viendo los papeles que tenía en su mano, la falta de contacto visual de su padre le pone nervioso, se remueve en su asiento, pensando en qué decir.

—Padre... quería saber si... me dejas acompañarte al ministerio — habló en voz baja con la vista en el suelo. Al escuchar la petición, Lucius levanta su mirada y la fija en Draco.

—¿Por qué quieres ir?

—Quiero conocer más sobre tu trabajo... tal vez pueda ayudar en algo

Lucius estaba sorprendido, Draco ha sido un niño mimado que ha tenido todo, le gusta jugar con su escoba y molestar a sus pavos reales, le da un sentimiento de orgullo, ver que está interesado en su trabajo, no es secreto que su hijo desea ser como él de grande y lo imita en todo.

—Está bien, mañana te llevaré conmigo al Ministerio

Una gran sonrisa apareció en el rostro de Draco

—¡Gracias padre! — se levantó rápidamente y salió del estudio, feliz de su logro. Lucius solo lo vio salir y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

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Al día siguiente, Draco se levantó muy temprano para alistarse y estar presentable. Bajo al comedor, donde encontró a su madre y padre, estaban esperando a que los elfos les sirvieran el desayuno.

—!Padre, madre, buenos días!

—¡Pequeño dragón!, me comentó tu padre que irán al Ministerio los dos — habló su madre con alegría

—Si madre, quiero conocer el trabajo de padre

Los platos aparecieron en la mesa, listos para comer — Come Draco y nos vamos al trabajo

Draco acató la orden y empezó a comer.

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Cuando llegaron al Ministerio, Lucius guio a Draco hacia su oficina, enseñando cada cosa que tenía en el escritorio y los planes que tenía para ese día, para suerte de Draco, Lucius tenía una reunión con la Ministra Bagnold.

Draco esperó pacientemente a que el tiempo pasara, tomó un libro que tenía su padre en la oficina y lo comenzó a leer, aunque a los minutos se aburrió y solo fingió que estaba leyendo, su mente empezó a crear un plan para tomar el cabello de la Ministra, sin que se vea sospechoso.

De tanto pensar, no se dio cuenta de que su padre lo estaba llamando.

—Draco, vamos a la reunión, llegaremos tarde

—Si padre — se acomodó su túnica que se empezaba a arrugar

—Debes comportarte Draco

—Por supuesto padre

Los dos salieron de la oficina, caminando por el pasillo, notó que todos saludaron a su padre, ya sea por miedo o respeto. Llegaron a una sala grande, donde había una larga mesa, con varias sillas. En la cabecera se encontraba la Ministra.

—Lucius — saludó

—Ministra Bagnold — ambos estrecharon las manos — Le presento a mi hijo, Draco Malfoy

Dando un paso al frente, hizo una reverencia hacia la Ministra y extendió su mano — Es un placer conocerla, Ministra Bagnold

—Veo que has educado bien a tu hijo Lucius — dijo aceptando la mano de Draco, pero al agarrarla, hubo una explosión, haciendo que la Ministra saliera volando hacia la pared.

Lucius se impresionó por la explosión, volteo a ver a su hijo, quien tenía una expresión asustada, impresionado por lo que acaba de pasar.

—Pa..padre, no lo hice a propósito... lo juro — Draco se acercó extendiendo su mano para agarrar a su padre, pero antes de tocarlo se alejó por el miedo de crear otra explosión. Este acto no pasó desapercibido por Lucius, comprendiendo que su hijo acababa de tener un estallido de su magia.

—Tranquilo Draco... espérame aquí, llamaré al sanador — se fue rápido para buscar ayuda, dejando a Draco solo en la sala

"Eso fue fácil" pensó

Se acercó donde estaba tirada la Ministra, se agachó, sacó un pequeño trapo, acercó su mano al cabello de la Ministra, agarró unos cuantos cabellos y dio un tirón fuerte, logrando sacarlos de raíz, con cuidado, los colocó en el pequeño trapo, doblándolo, lo guardó en su túnica.

Regresó a donde estaba parado antes que Lucius entrara con un sanador. El sanador se llevó a la Ministra, para poder despertarla.

—Perdona, padre, arruiné tu reunión — su tono de arrepentimiento, conmovió a Lucius, sabía que su hijo estaba emocionado por conocer el trabajo del padre que tanto admira. Lucius no estaba enojado, si es sincero, estaba orgulloso, pudo ver que la magia de su hijo era grande, su hijo tenía un gran potencial y esperaba que su futuro fuera de riquezas.

—Fue un accidente, tu magia se está revelando. Vamos a tener que empezar a practicar para que no vuelva a suceder — dijo dándole pequeños golpes en la espalda — Es mejor que regresemos a casa

Ambos salieron hacia la Red Flu para llegar a la Mansión.

Una vez en la Mansión, Draco saludó a su madre y se dirigió a su cuarto, sacó una de las pociones multijugos, ya que realizó varias para tenerlas por cualquier imprevisto. Con cuidado, agregó uno de los cabellos de la Ministra, guardando los demás.

—Está hecho... Esta misma noche, iré a Azkaban.


Cambiaré la historia por ti - Harco -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora