La vida de casados de Aether y Mona había comenzado con una armonía inesperada. Desde su hogar en las afueras de Mondstadt, emprendían aventuras y regresaban a un lugar de paz y amor. La casa que habían elegido era perfecta, con vistas al lago Cider y rodeada de campos de flores.
Una mañana, mientras el sol empezaba a despuntar en el horizonte, Aether y Mona se despertaron temprano. Aether preparó un desayuno simple pero delicioso, y juntos salieron al porche para disfrutar de la fresca brisa matutina.
—Buenos días, amor mío —dijo Aether con una sonrisa, entregándole a Mona una taza de té caliente.
Mona tomó un sorbo y sonrió.
—Buenos días, Aether. Amo estos momentos contigo.
—Y yo contigo, Mona. —Aether se inclinó y la besó suavemente en la mejilla—. ¿Qué te gustaría hacer hoy?
—Tengo una idea —respondió Mona, sus ojos brillando con emoción—. ¿Qué te parece si exploramos la parte norte del bosque Whispering? He escuchado que hay un claro lleno de flores que florecen solo durante esta época del año.
—Suena perfecto —dijo Aether, siempre dispuesto a seguir las ideas de Mona—. Vamos a prepararnos.
Se equiparon para la aventura y partieron hacia el bosque Whispering. El trayecto estuvo lleno de risas y conversaciones sobre sus sueños y planes. Cuando llegaron al claro, quedaron maravillados por la vista: un campo de flores de colores vibrantes, meciéndose suavemente con la brisa.
—Es hermoso —dijo Mona, agachándose para tocar las delicadas flores—. No puedo creer que algo tan perfecto exista aquí.
Aether se arrodilló junto a ella, observando cómo las flores parecían brillar bajo la luz del sol.
—Estoy feliz de compartir este momento contigo.
Pasaron el día explorando el claro, recogiendo flores y disfrutando de un picnic improvisado. A medida que el sol comenzaba a ponerse, creando un espectáculo de colores en el cielo, Aether y Mona se sentaron en una colina cercana para observar el atardecer.
—Este día ha sido increíble —dijo Mona, apoyando su cabeza en el hombro de Aether.
—Cada día contigo es increíble —respondió Aether, abrazándola con ternura—. No puedo esperar a ver qué nos depara el futuro.
Mona sonrió, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que era el momento adecuado para compartir una noticia importante con Aether.
—Aether, hay algo que necesito decirte —comenzó, su voz temblando ligeramente.
Aether se volvió hacia ella, preocupado por el tono en su voz.
—¿Qué pasa, Mona? ¿Todo está bien?
Mona tomó una profunda respiración, mirándolo a los ojos con una mezcla de amor y expectativa.
—Todo está más que bien, Aether. —Tomó su mano y la colocó suavemente sobre su vientre—. Estoy embarazada.
Aether se quedó en silencio por un momento, asimilando las palabras de Mona. Luego, una sonrisa de pura alegría se extendió por su rostro.
—¿De verdad? ¿Vamos a tener un bebé?
Mona asintió, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.
—Sí, Aether. Vamos a ser padres.
Aether la abrazó con fuerza, sintiendo una oleada de amor y emoción.
—¡Eso es increíble! —dijo, riendo y llorando al mismo tiempo—. No puedo esperar para comenzar esta nueva aventura contigo y con nuestro pequeño.
Pasaron el resto de la tarde hablando sobre el futuro, haciendo planes para su familia y soñando con el bebé que vendría a iluminar aún más sus vidas. La noticia de que iban a ser padres añadió una nueva capa de felicidad a su relación, fortaleciendo aún más el vínculo entre ellos.
De regreso en su hogar, Aether y Mona comenzaron a preparar una habitación para el bebé, llenándola de amor y esperanza. Sus amigos en Mondstadt, al enterarse de la noticia, se unieron a la celebración, ofreciendo su apoyo y cariño.
Lisa, siempre observadora, les trajo un libro sobre el cuidado de bebés, mientras Jean y Amber prometieron ayudar en todo lo que pudieran.
—Estoy tan feliz por ustedes —dijo Jean, abrazándolos a ambos—. Van a ser padres maravillosos.
Aether y Mona se miraron, sabiendo que, con el amor y apoyo de sus amigos, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara. La vida de casados había traído consigo muchas sorpresas y alegrías, y la llegada de su bebé era la promesa de un futuro aún más brillante.
Y así, con la promesa del amanecer como testigo, Aether y Mona esperaban con ansias el próximo capítulo de su vida juntos, sabiendo que su amor seguiría creciendo y floreciendo, como las flores que habían descubierto en el claro del bosque Whispering.
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Espero que disfrutes de este séptimo capítulo de "Destellos de Amor". Si necesitas más capítulos o algún ajuste, ¡no dudes en decírmelo!