PRÓLOGO

28 7 10
                                    

Estoy sentada en el coche con los auriculares y los ojos cerrados. Cada canción de amor me recuerda a Liam y a mí, solos en la playa dándonos besos y abrazos. Me recuerda a esos pequeños momentos que juntos forman un gran recuerdo. Me transportan a la sensación del primer amor, me transportan a estar con Liam.

Frustrada apago la música e intento descansar un poco, al principio mi cabeza está en otro sitio y no me deja descansar, pero al final, puede que por culpa de ver el mismo paisaje por la ventanilla del coche todo el rato, me acabo quedando dormida.

Sueño con Liam, estamos jugando a vóley con sus amigos que ahora también son míos cuando me dice que me quiere dejar porque no soy suficiente. Me despierto con lágrimas en los ojos, pero sin hacer ruido e intento volver a dormirme. Esta vez tengo mi pesadilla más recurrente, estoy cayendo en picado hacia el vacío hasta que me despierto sobresaltada. Miro el teléfono para distraerme un poco, es entonces cuando veo las dos llamadas perdidas de Liam. No sé que querrá, pero le ignoro y entro en mis redes sociales para cotillear la vida de la gente y olvidarme de la mía un rato.

A todo esto aún no os he contado lo que ha pasado. Resulta que hace unos años, mi madre, que se ausentaba muchísimo en casa, se fue definitivamente cuando mi padre le pidió el divorcio. No sé en qué momento su relación empezó a fallar, puede que cuando él descubrió que llevaba saliendo con otro tío varios años. La cuestión es que se separaron y yo me quede con mi padre, los dos solos. Al cabo de un par de años, mi padre llegó a casa con una chica llamada Shana, me cayó bien desde el principio y me puse muy feliz cuando formalizaron su relación y empezaron a llamarse novios. Shana empezó a vivir en casa y volví a sentir que éramos tres y no dos. Este verano tuvieron una idea que, al principio, rechacé, pero como no aceptaban un no por respuesta, me tocó subir a este mismo coche y dirigirme a un pueblo perdido por ahí para pasar los tres meses de verano. Querían que hiciera nuevos amigos y que disfrutara un poco ese verano antes de la universidad. A veces pienso que habría pasado si me hubiera negado a ir y hubiera ido de fiesta en fiesta con mi mejor amiga Bridget.

En ese pueblo conocí a Liam y a sus amigos, Logan, Cam, Brooke, Stella y Olive. Viví un verano de película y obviamente me enamoré de Liam. Da la casualidad de que él también lo hizo de mí y comenzó mi primera historia de amor, el único problema es que era una historia de amor con fecha de caducidad.
Cuando finalizó mi estancia ahí y me tocó volver a casa me despedí de Liam y con lágrimas en los ojos me subí al coche sabiendo que probablemente no le iba a volver a ver.
Por eso no he contestado a las dos llamadas perdidas, quiero olvidarle lo más pronto posible para no vivir en una relación ficticia que nunca podrá ser.

Volviendo al presente, he abandonado Instagram para meterme en TikTok, espero que los animalitos bebe me animen un poco, pero se ha puesto de moda el trend de la canción esa que es preciosa que usan todos con sus parejas y tengo que salir de la aplicación. Viendo que nada me puede consolar, me decanto por lo que nunca falla. Abro el libro que todavía no he terminado y me sumerjo en un mundo de fantasía de jinetes y dragones. Ojalá ser la protagonista de ese libro ahora mismo.
Cuando mi padre y Shana me avisan de que faltan cinco minutos para llegar a casa, solo me faltan un par de páginas para terminar el libro. Cuando leo la última frase se me instala en el pecho ese vacío existencial y como una buena lectora me meto en Pinterest para buscar fanarts de la novela.

Cuando llegamos recojo mi mochila y mi maleta y sigo a Shana al ascensor mientras mi padre aparca el coche. Sé que ella sabe que no estoy bien, pero agradezco que respete mi silencio y no me pregunte nada, solo me da un abrazo reconfortante para hacerme saber que está ahí. Sonrío disimuladamente y cuando entramos a casa voy directamente a mi habitación, me doy una ducha, me pongo un pijama limpio y me meto en la cama para dormir. Ya tendré tiempo de ordenar la maleta mañana.

Cuando me despierto el sol me da directamente en la cara, intento descansar un poco más, pero me es imposible, por lo que me incorporo y cojo el móvil para ver que ha pasado mientras dormía. Es entonces cuando veo dos llamadas más de Liam y varios mensajes, estoy decidida a ignorarlos cuando veo uno que me deja en mi sitio.

LIAM
Avery, lo siento mucho. No sé con quién hablar.
Mi padre ha muerto.

Todos los mensajes anteriores son del estilo, me pide que conteste las llamadas, que necesita hablar conmigo.

Estoy tentada en llamarlo, pero la parte de mí que se quiere olvidar de él se cuestiona si todo esto no será una excusa para volver a hablar conmigo porque me ha echado de menos. Finalmente, esa parte de mi gana y le dejo en visto. Después silencio la conversación y apago el dispositivo para empezar a sacar cosas de la maleta.

Vuelve a enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora