Vuelve a enamorarme

CAPÍTULO 3

Llevo ya una semana en la universidad y no he vuelto a ver a Liam. Pensaba que después de fingir que no se acordaba de mi nombre me molestaría más, pero parece que se ha esfumado.

Ayer me pasé todo el día haciendo el primer trabajo para una de las asignaturas que primero nos han mandado cosas por hacer, de momento me he limitado a hacer apuntes y aprovechar las tardes para estar con mis padres, Bridget y leyendo, mi hobby favorito. Tengo suerte con el horario, tengo no más de tres clases al día, empiezo a las nueve y a las cuatro menos cuarto de la tarde ya he llegado a casa. Puedo darme una ducha, ponerme ropa cómoda o adecuada a lo que vaya a hacer por la tarde y comer tranquila. Supongo que en dos semanas cuando empieza a tener más trabajo no estaré tan relajada por las tardes, pero tengo que aprovechar ahora que puedo.

Cuando me bajo del bus son las ocho y media. Aún falta media hora para mi primera clase en la que tengo que entregar el trabajo por lo que envío un mensaje a Bridget para decirle que voy a ir entrando.

Antes de entrar en el aula hago una parada en el baño y cuando salgo entro directamente al aula y me siento en la parte de detrás.

Saco las hojas del trabajo encuadernadas, las dejo en la mesa y voy encendiendo el portátil. Abro el documento de la asignatura y justo en ese instante una persona entra en el aula. Me cuesta darme cuenta de quien es, estoy al fondo y un poco dormida, pero tras muchos esfuerzos me doy cuenta de que es Liam, pero no está solo. Una chica entra detrás de él y se empiezan a besar con entusiasmo, no sé si pedirles que se vayan e interrumpir el beso o parecer una acosadora y no decir nada.

Finalmente, acaban saliendo a los pocos segundos y antes de que desaparezcan por la puerta Liam se da cuenta de que estaba ahí dentro y noto como su expresión se endurece. No sé si le ha enfadado que les haya visto, que no haya dicho nada o simplemente que esté ahí.

Me paso los minutos restantes sumida en mis pensamientos. Me duele ver que en tan poco tiempo ya se haya olvidado de mí y ya esté con otra. No le puedo recriminar nada porque la ruptura definitiva de nuestra relación, al menos de amistad, fue por mi culpa, pero la parte de mí que sigue enamorada del chico al que conocí en verano siente celos.

No puedo seguir pensando en ello porque diez minutos antes de que empiece la clase veo a Bridget entrar acompañada de dos chicas más. Cuando llega a mi altura me las presenta.

-Hola Avery, ella es Madison -me presenta a una chica con el pelo largo y liso de color rubio y ojos azules. Viste un top blanco con unos vaqueros claros y está un poco roja por el calor- y ella Leah -la segunda chica tiene unas ondas preciosas en su pelo pelirrojo, ojos marrones y lleva una blusa blanca con flores y unos vaqueros, igual que Madison.

-Encantada -digo a mi amiga.

Bridget se sienta a mi lado seguida de Leah y Madison. Las dos últimas empiezan a hablar de sus cosas y Bridget me explica como las ha conocido.

-Como has cogido el bus de antes me he sentado sola. En la siguiente parada se han subido ellas y se han sentado enfrente mío. A los pocos minutos me han empezado a preguntar cosas y nos hemos pasado todo el trayecto hablando. Se ve que estuvieron el día de orientación, pero no llegamos a hablar con ellas. Son majas.

Quería contestar y contarle como ha empezado mi mañana, pero entra el profesor y todas las personas que han entrado mientras Bridget me presentaba a sus dos nuevas amigas se sientan en el primer sitio que pueden y se preparan para tomar apuntes. Bueno, algunos se están preparando para eso, la gran mayoría está poniendo la chaqueta en la mesa para usarla de almohada. Frank Miller, quien da la asignatura, no hace ningún comentario al respecto y empieza a explicar. Quince minutos antes de acabar la clase pide que cuando salgamos dejemos los trabajos en su mesa y nos deja salir antes.