Prólogo

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-No puede ser, Jake, esto no puede ser verdad. -Gimoteo viendo el resultado del test.

-Tranquila, te vendrás a vivir conmigo y lo cuidaremos juntos. Mi familia nos aceptará. -Me dice con cariño y envolviéndome en sus brazos-. No sabes lo feliz que estoy mujer, no me gusta mucho envolverme en la sociedad con tantos modernismos pero probar algo nuevo me ha permitido conocerte a ti, desde la primera vez que copulamos me enamoré y que ahora me vayas a dar semejante bendición.

Lo miro asustada por lo que me está proponiendo y por el hecho de que esté hablando como si fuera mi abuelo. Es verdad, que desde que lo conocí se comportaba raro en comparación a otros jóvenes, pero esto ya es el colmo.

-Para el carro, Jake, no me pienso ir a vivir contigo y mañana mismo iré a una clínica abortiva para que me saquen el feto. No quiero ser madre. -Sentencio con una voz que no admite discusiones.

Él me mira con tristeza pero se va sin decirme nada de mi cabaña alquilada. Me acuesto ya que estoy bastante cansada.
Me despierto al escuchar los aullidos de varios lobos, el ulular de un búho y el sonido de los grillos en la hierba. Pero quedo aún más extrañada y asustada al sentir como unos brazos fornidos y gruesos me aprisionan contra sus duros abdominales. Levanto la mirada y confirmo mis sospechas, Jake debe de estar secuestrandome.

-¿Qué crees que haces? Y encima me traes a un sitio donde hay lobos, ¿Te has vuelto loco?

Pataleo y lo golpeo intentando que me suelte pero solo provoco que se ría.

-No voy a permitir que asesines a nuestro lobezno. Y esos lobos son mi familia. -Me explica con reproche.

Yo solo pataleo con más y más fuerza, ¿Por qué de tantos hombres decidí acostarme con un puto loco? Me siento como una completa estúpida, espero poder escapar de aquí y abortar. Por nada del mundo quiero traer hijos a este mundo, con lo mierda que es este mundo no quiero que ellos tengan que pasar por los problemas que yo pasé desde la infancia y con mis problemas psicológicos no sería una buena madre.
Comienzo a llorar desesperada y su rostro se suaviza un poco pero aún así no afloja su agarre y mantiene su expresión seria.

-Por favor, déjame ir -le suplico con lágrimas recorriendo mi rostro.

Él sigue mirando al frente, ignorándome pero noto cierto dolor en sus ojos.

-Me vas a terminar amando a mí y a nuestro bebé, quizás hasta le termines cogiendo cariño a mi familia. -Dice finalmente con determinación.

Me resigno y decido dormir, no hay nada que pueda hacer por el momento.

Embarazada de un licántropo (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora