Capítulo dos

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Ya han pasado dos días y mi relación con Fany se va estrechando más. La noto con menos tensión a mi lado y yo también me muestro más extrovertida.
Pero me quedo de piedra al descubrir algo, es de noche y estoy durmiendo cuando escucho una discusión acalorada que viene de abajo. Por las voces son Jake y mi cuidadora.

-Eres un estúpido de manual, Jake -insulta ella a él- si ya esto la tiene mal, imaginate que por lo que le dijiste hubiera descubierto lo que somos.

-No me hables así, Fany, soy tu alfa y debes de tenerme un respeto. Me sentí traicionado, al no ser virgen me dio rabia no ser el primero pero cuando tenía pensado matar al bebé deseé golpearla por unos instantes. -La cólera y pasión que hay en su voz me hiela la sangre.

Siento miedo pero más miedo siento cuando escucho varios pasos subir las escaleras.

-Déjala, no creo que le siente bien verte ahora. -Fany intenta en vano detenerlo.

Él abre la puerta y yo intento hacerme la dormida.

-Sé que estás despierta cariño, por lo cual lo has escuchado todo. Tu cara de miedo y tu respiración me lo confirman. Puedo oler el miedo. -Me dice en un tono grave.

-Por favor, no me hagas daño, recuerda que estoy embarazada y que puedes dañar al bebé. -Le suplico atemorizada.

-Asi que solo te importa nuestro bebé cuando sientes que tu propia vida está en peligro, aún me duele mucho que pensarás en matarlo. Cielo, jamás te podría dañar. Quiero hacerte el amor sin parar pero no la guerra. -Noto el deseo consumiendo su voz y mentiría si dijera que no siento una palpitación en mis partes íntimas.

De repente se me ocurre una idea, si él piensa que yo me estoy enamorando de él habrá más posibilidades de poder escapar y abortar.

-Aunque te odie, echo de menos como me posees. Quiero sentirte otra vez dentro de mí. -Le confieso, esto no es fingido.

Mis palabras son una chispa que provocan un incendio que ya estaba generándose. Se quita la ropa, contemplo su escultural cuerpo con lujuria y entonces se acerca hacia mí midiendo su impulso para no lastimarme. Me desviste, dejándome completamente desnuda, se coloca encima de mí; y generamos una sinfonía lasciva de fuertes gemidos, respiraciones aceleradas, el fuerte sonido de sus genitales chocando impetuosamente contra los míos y el estridente crujir de la cama.

-Me vuelves loco mujer, nunca me voy a cansar de tí. -Jadea una vez deposita su líquido dentro de mí.

Nos quedamos dormidos, pero cuando cae la noche me despierto con hambre así que bajo a la cocina. Rina está viendo la tele y al escuchar mis pasos se gira con una sonrisa.

-Y tú eras la que querías alejarte de Jake, y vaya polvazo. Yo creo que os han escuchado todos. -Se carcajea y yo solo me sonrojo avergonzada.

-Lo siento.

-No te preocupes, me resulta divertido escucharos follar.

Esta conversación se está poniendo muy incómoda. Justo se escuchan las pisadas de Jake bajando las escaleras. Rina se ríe pero más flojo, debe de ser para no molestarlo y por respeto por ser su líder.
Entra en el salón solo tapado por una toalla en sus partes bajas.

-Voy a cocinarme algo, tengo mucha hambre. -Digo dirigiéndome a la cocina.

Pero él me detiene sujetando mi brazo.

-De eso nada, Rina, vete hoy a cazar Fany, debes de tener mucha hambre. Ya me encargaré yo de cuidarla. Y la cena te la preparo yo, hace mucho tiempo fui humano y aprendí a cocinar para cuidar a mis hermanos. Yo soy el mayor de mi familia. -Me explica con expresión nostálgica.

-Que linda historia -digo en un tono un poco hiriente.

-Es de todo menos linda, tu percepción moderna no llegaría a entender las necesidades de esa época. -Me contesta en un tono cortante e hiriente.

-Oye, yo no he sido criada entre algodones. -Le replico empezando a enfadarme, odio que vaya de sufrido cuando todos tenemos nuestras mierdas.

-Comparada a mi vida seguro que es un cuento de hadas.

Comienzo a recordar toda mi infancia e adolescencia, y varias lágrimas recorren mis mejillas.

-Cielo, lo siento, a veces soy demasiado bocazas. -Musita en tono arrepentido, acariciandome el brazo pero yo me suelto.

-No me toques más y se me ha quitado el hambre. Me voy a mi cuarto, no me sigas.

Él me deja ir arriba, no me persigue y es algo que agradezco. Lo de que cocine en parte me pareció tierno pero lo cagó todo al abrir su boca o tal vez debería decirle fauces.
Escucho a Jake cocinar, y al rato entra en la habitación con un plato de sopa que huele de maravilla.

-Rina, entiendo si no quieres dirigirme la palabra, pero al menos quiero que te alimentes. Necesitas alimentarte. -Me aconseja con tono paternal.

Al ver que no digo nada se acerca hacia mí de forma cautelosa, me acerca el plato. Agarro la cuchara que me ofrece y como rápidamente la sopa para ver si se va lo más pronto posible. Eso mismo hace cuando me termino el plato con una cara de tristeza. En parte me da pena pero por otra parte pienso que se merece sufrir por lo que me está haciendo.

Embarazada de un licántropo (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora